
Las negociaciones entre Volkswagen y sus trabajadores siguen abiertas para intentar frenar un plan de ajuste histórico que incluye cierre de plantas, despidos y recortes salariales para afrontar la actual crisis del automóvil. El consejero delegado de Volkswagen, Oliver Blume, ha asegurado que la propuesta de ahorro de costes presentada por sindicatos es un buen punto de partida, pero no es suficiente para asegurar el futuro de la compañía.
"Nosotros, la dirección, no estamos operando en un mundo de fantasía", ha dicho Blume a miles de trabajadores reunidos en una asamblea en Wolfsburgo. "Estamos tomando decisiones en un entorno que cambia rápidamente y estamos preocupados por el futuro de nuestra empresa".
El directivo hizo así referencia a las negociaciones con los sindicatos, que se encuentran en punto muerto después de que IG Metall propusiera un plan de reducción de los costes laborales de 1.500 millones si no se cierran fábricas en el país.
"La actual propuesta es un punto de partida, pero desgraciadamente todavía está lejos de ser suficiente para asegurar el futuro de Volkswagen", ha afirmado en el encuentro con los trabajadores en la que también ha participado el ministro de Trabajo alemán, Hubertus Heil.
Blume defendió que la situación actual "es grave", por lo que son necesarias "medidas urgentes para asegurar el futuro de Volkswagen" en un contexto en el que "los costes laborales en Alemania son demasiado altos".
Nueva reunión para el 9 de diciembre
Por su parte, la presidenta del comité de empresa, Daniela Cavallo, aseguró que la compañía se había convertido en el hazmerreír del país debido a la actuación de la alta dirección."Toda la industria automovilística está actualmente en crisis y está recortando miles de puestos de trabajo, pero sólo Volkswagen se ha convertido en el hazmerreír de la nación. Los satíricos, desde el Heute-show hasta el Postillon, se burlan de la empresa", ha llegado a señalar.
Directiva y trabajadores volverán a reunirse el próximo 9 de diciembre, después de que el pasado lunes casi 100.000 trabajadores secundaran los paros parciales en protesta por los planes de recortes, que se convocaron en nueve de las diez fábricas en Alemania, según datos de los sindicatos.
La mayor empresa automovilística europea exige una reducción salarial del 10% y la cancelación de otras prestaciones, al tiempo que estaría planteando el cierre de, al menos, tres de las diez fábricas que tiene en Alemania y el despido de decenas de miles de empleados, según el comité de empresa.Volkswagen cuenta con unos 120.000 trabajadores en Alemania y 10 fábricas: Wolfsburgo, Emden, Osnabrück, Hannover, Zwickau, Dresde, Kassel, Salzgitter, Braunschweig y Chemnitz.