Yolanda Moratilla, profesora de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería ICAI e investigadora de la Cátedra Rafael Mariño, explicó que la preponderancia de China está sobre todo en la ingeniería de proceso, es decir, en la tecnología para transformar y dar valor a la minería, a las materias primas.
"De ahí que, por ejemplo, China nos suministra el 98% de tierras raras, la materia prima crítica número uno en Europa. El no disponer de esta tecnología en Europa nos puede traer problemas: quien tiene la tecnología, tiene el material para fabricar baterías y para fabricar coches eléctricos. Ahora mismo, China tiene toda la tecnología necesaria para fabricar los coches eléctricos", explicó.
Moratilla habló así durante el VI Foro Corell, "Transición energética y realidad industrial", en el que presentó el estudio "Recursos mineros en la franja Oeste para la industria ibérica".
También observó que lo más crítico es la electromovilidad, seguida de las baterías. "El coche eléctrico quintuplica las necesidades de materias primas críticas con respecto al coche convencional", agregó. En ese sentido, también recordó: "Dependemos muchísimo, prácticamente todo, de las importaciones a países como el Congo, China, Uganda, países centroamericanos, etc.".
Por ello destacó que en la Unión Europea se deberían de establecer a las minas como proyectos estratégicos a desarrollar para comenzar a ser autosuficientes.
Moratilla incidió, por otro lado, en que cualquier transición energética debe tener en cuenta tres patas: el agua, el carbono y las materias primas críticas (MPC). Este último factor no es baladí: "Sin estas materias primas críticas no hay transición energética", subrayó.
La experta destacó que habría que multiplicar por cuatro o por seis la cantidad de MPC necesarias para todas las transiciones y tecnologías energéticas previstas para garantizar un desarrollo sostenible o la ausencia de emisiones para el 2050. "Es un paso de la dependencia de los combustibles fósiles a una dependencia intensiva de las MPC", incidió.
Moratilla, por otro lado, destacó un concepto que en su opinión no se trata muy a menudo en las conferencias sobre el futuro energético e industrial: la justicia. "¿Es justa la transición energética que hemos emprendido?", se preguntó.
Desde su punto de vista, se impone el concepto de "trilema" energético, en el que la economía y la seguridad en el suministro se subordinan al tercer factor: el medioambiente. "Creo que debe haber un triángulo energético: todas deberían ser complementarias", explicó.
Tampoco se está haciendo justicia, desde su punto de vista, con la neutralidad tecnológica, que se vulnera, por ejemplo, con el trato hacia el coche de combustión interna alternativo. Una posible solución, según Moratila, es que coexistan los coches eléctricos con este tipo de coches utilizando, por ejemplos, gasolinas sintéticas.
Moratilla observó asimismo que en Europa no existe la minería de materias primas críticas, lo que obliga a depender de las importaciones y, por lo tanto, no se contribuye a la justicia de la transición porque se permite que estas materias provengan de países en los que no se respetan derechos humanos ni ambientales.
La experta entiende que se debe entonces cambiar la aceptabilidad social sobre la minería en el continente y poder así abordar las minas y la riqueza del suelo para desarrollar el sector y traer así riqueza a los países. De hecho, el estudio "Recursos mineros en la franja Oeste para la industria ibérica" demuestra que en Portugal y en España hay posibilidades reales de, por ejemplo, crear un hub ibérico del litio.
El litio es el metal más ligero de la tabla periódica y el que cuenta con el mayor potencial electroquímico. Su aplicación industrial es muy variada: baterías, metalurgia, cerámica, industria química… Y aunque Australia domina su producción mundial, Portugal representa el 1% del montante global con 900 toneladas anuales (datos de 2021) y es el único productor europeo estable de este elemento.
Por otro lado, también ha resaltado otras fortalezas en la península ibérica, como los sectores energéticos, agroalimentarios, de la construcción y de la automoción en Castilla y León. Extremadura es la segunda región española con mayor potencia termosolar instalada, y la primera en energía fotovoltaica.
Y, sobre todo, destacó el cinturón ibérico del wolframio y el estaño, uno de los distritos mineros de estos elementos más importantes del mundo, en una región, además, de amplia tradición minera.
Se han encontrado asimismo concentraciones de cobalto, tántalo, molibdeno, uranio, cobre, oro o uranio, para un total de 1.700 indicios minerales junto a antiguas minas cuyas escombreras que podrían contener minerales de interés.