Industria

Daniel González-Bootello: "Los clústeres son el gran aliado del Ministerio para transformar la industria"

  • La Federación Nacional de Agrupaciones Empresariales Innovadoras y Clústeres elige nuevo presidente
  • "El clúster es el vehículo más potente y eficaz para llevar la innovación a las pymes"
Daniel González-Bootello, presidente de la Federación Nacional de Agrupaciones Empresariales Innovadoras y Clústeres (FENAEIC).

Daniel González-Bootello, director general de Smart City Cluster, ha sido elegido presidente de la Federación Nacional de Agrupaciones Empresariales Innovadoras y Clústeres (FENAEIC), que representa más de 12.200 empresas y 4,2 millones de trabajadores. Releva en el cargo a Antonio Novo, actual presidente de los clústeres europeos. FENAEIC cuenta con clústeres en 13 comunidades autónomas en sectpres como automoción y transporte, logística, industria agroalimentaria, energía, movilidad, metalurgia, recursos naturales, TIC, textil y calzado, deporte o construcción.

¿Qué retos tienen por delante los clústeres españoles?

Los clústeres son agrupaciones fundamentalmente empresariales, pero no exclusivamente empresariales, para realizar actividades innovadoras en cooperación, generalmente alrededor de un sector productivo, con empresas que tienen dos rasgos característicos: que son innovadoras y que tienen ganas de cooperar. Son un vehículo interesante para crecer a través de la cooperación con otras empresas o con centros de generación del conocimiento e investigación, con la Universidad, con centros tecnológicos ... Por sus características, las empresas que están en los clústeres crecen más, generan empleos de mayor calidad, resisten mejor a las crisis, pagan mejores salarios y sobre todo tienen una capilaridad muy importante hacia la pyme. Es un mecanismo muy singular dentro del mundo de la I+D español. Es el vehículo más potente, garantizado, seguro y eficaz para llevar la innovación a las pequeñas empresas en este país. Es un posicionamiento que los hace únicos y tremendamente útiles. Con datos oficiales, en España en torno a los clústeres hay 4.200.000 empleos y más de 12.000 miembros, de los cuales la inmensa mayoría, más del 80%, son empresas con que aportan el 40% del PIB.

Sin embargo, a pesar de estos números, ¿no son los clústeres y las posibilidades que ofrecen aún poco conocidos?

Aunque el concepto de clúster es del siglo pasado y ha tenido mucha repercusión internacionalmente, en España el programa oficial de clústeres del Ministerio nace en 2007, y estamos ahora en un momento en el que han alcanzado esa madurez que les permite darse a conocer como gran agente canalizador de la I+D, favorecedor de la cooperación empresarial. Aquí se cumple la máxima de que si quieres ir rápido ve solo, pero si quieres llegar lejos mejor ve acompañado. La colaboración empresarial a través del clúster es un vehículo fundamental para incrementar el porcentaje del PIB dedicado a la I+D y trasladarlo a la pyme.

¿Esa imagen se ha reforzado en torno a los Next Generation y las ayudas europeas de los últimos años?

Esa imagen es real y tiene que ver la madurez alcanzada por los clústeres, que ha permitido estar a la altura del reto que suponía el canalizar y multiplicar las ayudas del programa de fomento de la I+D. El Ministerio de Industria multiplicó el programa de apoyo a los clústeres por cinco, y se ha respondido creando un cuerpo de gestores de proyectos y de fondos europeos que no solamente ha ejecutado esos fondos con una gran solvencia, sino que además en la última convocatoria generó propuestas por el doble de la financiación disponible. Ejecutar fondos europeos no es fácil, especialmente para entidades que no son la administración pública, y los clústeres lo han conseguido, con un grado de ejecución altísimo y una capilaridad a la pyme muy elevada. Los proyectos vienen por obligación alineados con planes estratégicos que previamente ha validado el Ministerio, con lo que tenemos la combinación perfecta, y gestionados con equipos de especialistas en Fondos Europeos.

Apoyo de Industria

Sin embargo el Ministerio de Industria parece que ha echado el freno para incentivar el músculo de los clústeres retirando parte de la subvención que ha permitido crear ese ecosistema de gestores de ejecución. ¿Cómo lo valoran?

Yo no descarto que se puedan encontrar fórmulas para no desmantelar este grupo de expertos que han creado los clústeres y mantener así este impacto tan importante en la innovación a las empresas y la cooperación. No descarto todavía que el Ministerio pueda continuar esa línea de apoyo. Hay clústeres que son potentísimos, y tenemos el reto nacional de multiplicar la cooperación intercluster y favorecer el trabajo conjunto entre ellos. Estoy convencido de que de que los ministerios van a saber verlo y de que los clústeres tienen por delante un futuro absolutamente brillante.

¿Puede deducirse entonces que ese ecosistema de gestión exitoso está en peligro?

Lo que se ha construido desde los clústeres es algo que tiene muchas bondades y beneficios. Lo que ha ocurrido es que se acabó el periodo 21/23, que era para el que se había asignado fondos. En medio ha habido unas elecciones y ahora mismo hay que pensar en el siguiente programa, pero los responsables han cambiado. Nuestro objetivo es explicar muy bien, muy claramente, las bondades de los clústeres para que en el Ministerio vean que la ocasión es perfecta para volver a apostar por este sistema. Puede que sean necesarias otras fórmulas, pues el programa anterior ya finalizó, pero con soluciones que permitan que aprovechemos esa capilaridad, esa eficiencia y esa excelencia en la gestión de proyectos europeos que aportan los clústeres. Hablamos de digitalización, transición energética y otros ámbitos de actuación en los cuales los clústeres pueden ser ese gran aliado del Ministerio a la hora de transformar la industria de este país.

Cuidades inteligentes

Usted tiene una dilatada experiencia en los smart city clúster. ¿Qué papel han jugado ya y qué papel están llamados a jugar en la transformación de las ciudades?

Este clúster se creó en 2014 y ahora cumplimos 10 años como un vehículo fundamental a la hora de acercar la innovación hacia el territorio. Hay empresas, grupos de investigación o centros tecnológicos que ofrecen soluciones técnicas, pero aquí estamos hablando también de estrategias. Y hay que reducir esa diferencia que hay entre los oferentes de soluciones y las necesidades de las ciudades. Los smart city clúster son grandes especialistas en aterrizar necesidades y preparar proyectos para concurrir competitivamente a los concursos con los que el Estado, Europa o las comunidades ponen fondos a disposición de proyectos transformadores. Hemos ayudado de una forma neutral a relacionar estrategias y soluciones, y también hemos ayudado a preparar proyectos para que puedan acceder a fondos. Luego cada ayuntamiento hace sus licitaciones y hace sus compras. Nuestra misión ahí también es ensanchar el mercado de la ciudad inteligente: cuanto mayor sea el mercado mejor le va a nuestros asociados directa o indirectamente.

Tal vez lo que esté llamando la atención con las Smart City sea la tecnología pero ¿es más un tema de concepto, de cómo pensamos las ciudades del futuro?

La tecnología muchas veces es el cómo, pero antes del cómo tenemos que tener muy bien definido el qué y el para qué. Sin contestar bien a esas preguntas existe el peligro de meterse en un proyecto tecnológico costoso con unos potenciales mantenimientos elevados simplemente por el hecho de haberlo dicho en un contexto político, o por el hecho de decir que es muy moderno, pero sin resolver ningún problema de la ciudad. Sin embargo, si nos sentamos y definimos bien el para qué y el por qué podemos delimitar bien los proyectos, descubrir si lo que necesitamos es algo más grande de lo que pensamos o si estamos planteando algo excesivo para nuestras necesidades. Luego obviamente las tecnologías son inevitables: cargadores de baterías, renovables, fibra óptica, sensores, centros de datos … pero sirven a un propósito. Y nosotros queremos en ordenar ese propósito primero, ayudar a la ciudad a que descubra lo que necesita, dónde le aprieta el zapato, dónde se quiere ver dentro de cinco o diez años, y que ellos mismos sean los que planteen la solución a sus problemas a través de las respuestas que te da la industria de la ciudad inteligente.

El consejero andaluz de Innovación, Gómez Villamandos, ha anunciado una normativa específica para aprovechar todo el potencial de los clústeres. ¿Cómo valoran la iniciativa y qué esperan de esa normativa?

A mí me parece una noticia muy buena el hecho de que en Andalucía se reconozca así la figura del clúster, porque significa que el ecosistema andaluz de clústeres es importante y tiene la suficiente entidad como para que la Junta Andalucía quiera definir lo que es un clúster, reconocer sus características e incluso plantear, como ya han planteado, programas de ayudas para que lleven a cabo sus actuaciones. Es algo que me gustaría que sucediera también en todas las comunidades autónomas donde todavía no se está haciendo.

Desde Andalucía también se está apostando fuerte por la compra pública de innovación. ¿Cómo valoran este instrumento?

Nos parece un mecanismo tremendamente útil. De hecho, como Smart City Clúster estamos promoviendo ya varios proyectos. Es una figura relativamente reciente y las empresas aún no tienen todos los procesos integrados para ella, pero desde los clústeres podemos ayudar en la faceta de consulta preliminar al mercado e identificación del estado del arte de las soluciones disponibles. Creemos que puede ayudar no sólo a crear soluciones aún no disponibles en el mercado, sino también a crear un tejido empresarial innovador. Permite crear esa cultura innovadora porque es un mecanismo que acostumbra a las empresas a estar atentos a los procesos de desarrollo. Con un poco de estabilidad irán generando una cultura de la innovación y de pensar en productos que se puedan desarrollar cuando exista una compra pública de innovación. Lo vemos como una herramienta tremendamente útil para crear soluciones y para el apoyo a la empresa y la creación de la cultura innovadora.

¿Está ya completo el mapa de clústeres en España, o todavía tiene que desarrollarse, crecer, abarcar más sectores, ser más específico?

Es un mapa dinámico. Los clústeres nacen con un esfuerzo inicial, y en función de cómo van evolucionando demuestran si tienen una actividad suficiente, si en un momento dado interesa unirse varios, o si interesa agrandar su ámbito y varios regionales unirse en otros.

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