
El Grupo Iberpapel ha firmado el contrato definitivo de la venta de su patrimonio forestal en Uruguay, un total de 11.280 hectáreas. Con esta operación, que ha tenido un importe de 54 millones, la compañía se desprende del 40% de su patrimonio forestal, según comunicó ayer a la CNMV.
Por otra parte, Iberpapel está realizando a lo largo de 2023 inversiones de 22,5 millones de euros en las instalaciones de Papelera Zicuñaga en Hernani (Guipúzcoa), para la puesta en marcha de varias iniciativas que mejorarán la eficiencia de sus procesos productivos y medioambientales.
Dentro de las acciones de inversión, destaca la reforma del horno de cal. Esta inversión conlleva una significativa mejora medioambiental y va suponer un importante ahorro en costes energéticos de materias primas, de emisiones de CO2 y de envío de residuos a vertedero.
Adicionalmente, se realizará la sustitución del equipo de medida en continuo de la calidad del papel y del sistema de control de una de las máquinas de papel y la reforma del accionamiento eléctrico y mecánico de otra.
También se instalará un nuevo sistema de quema de combustible auxiliar con gas en la Caldera. Por otra parte, entre otras inversiones menores, se mejorará la arquitectura de redes informáticas y se automatizará la cocina de preparación de salsas.
Importancia estratégica
Con estas inversiones, se refuerza la importancia estratégica de la planta de Zicuñaga en el sector. Iberpapel obtuvo un beneficio neto de 10,715 miles de euros en el primer semestre del año, lo que representa un incremento del 42,16% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior.
El importe neto de la cifra de negocios del grupo papelero y energético ascendió a 134,657 millones de euros, lo que supone una caída del 17,86% frente a los seis primero meses de 2022. Por su parte, el resultado bruto de explotación (Ebitda) se situó en los 19,518 millones de euros a cierre de junio, con un crecimiento del 31,64%. El margen bruto operativo era a cierre del primer semestre de este año del 14,49%.