
El presidente de Unesid, Bernardo Velázquez, ha enviado una carta a la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, en la que pone sobre aviso del riesgo serio de pérdida de industria en nuestro país y pide que se incremente el diálogo con las administraciones públicas para propiciar un giro de la política industrial del Gobierno.
Para Velázquez, los problemas que se están registrando en Francia y Alemania, deben suponer un aviso serio para todos porque nos encontramos en un cruce de caminos para la industria europea.
El presidente de Unesid explica a Calviño que -aunque no afecta directamente a la industria española- si que resulta relevante para el ecosistema industrial europeo la situación de la compañía Vallourec en Francia y Alemania, "los dos mayores países de la UE que, además, tienen unas políticas industriales activas y una visión absolutamente preindustrial tanto en la sociedad como en las administraciones".
El anuncio de reducción de la mayor parte de la actividad de Vallourec en Europa cerrando las plantas de Alemania (Düsseldorf y Mülheim) y Francia (Saint-Saulve) en un proceso que afectará a 3.000 personas ha supuesto un shock social para las administraciones de ambos países.
La compañía, participada por el fondo estadounidense Apollo y SVPGlobal, es un icono industrial en Alemania ya que es la encargada de producir los tubos de acero sin soldadura bajo el nombre de Mannesmann desde que obtuvo la primera patente en el siglo XIX.
Los motivos para este cierre hay que buscarlos en "los elevados costes energéticos y la competencia desleal china, que han impulsado a la empresa a trasladar su producción a fábricas de en ese país, Brasil y EEUU, dejando la actividad europea reducida a la comercialización", según relata Velázquez a la vicepresidenta primera del Gobierno.
El máximo representante de la patronal siderúrgica sostiene en su misiva que "podemos estar ante un punto de inflexión a partir del cual pueda crecer la industria, que aporta valor añadido y soporta mano de obra cualificada o, por el contrario, que España y Europa dejen de ser atractivas para la inversión industrial".
Por ese motivo, reivindica que "para mantener una sólida base industrial tenemos que aunar esfuerzos y que todas las políticas industriales, económicas, comerciales y ambientales vayan juntas en la misma dirección".
Vallourec asegura que procede al cierre de la actividad ante la falta de compradores creíbles para su negocio aunque quiere mantener su actividad comercial en Europa.