
Los fondos acreedores de Celsa culpan a la familia Rubiralta de que el rescate de la siderúrgica siga bloqueado. Los tenedores de la deuda de la compañía achacaron a "los intereses económicos" de la saga catalana que la Sepi todavía no haya sellado la ayuda de 550 millones de euros.
En un comunicado emitido este lunes, los acreedores, representados por Houlihan Lokey, denunciaron la actitud del accionista único de Celsa durante la negociación, a contrarreloj durante los últimos días. Si la compañía quiere acceder al préstamo de 550 millones del Estado, el acuerdo es imprescindible.
Sin embargo, los fondos lamentan que las posiciones entre ambas partes son muy distantes por el reparto de las ganancias de la empresa una vez se haya devuelto el crédito a la Sepi, de aquí siete años. Los acreedores ya renunciaron a acceder al capital de la organización tras llegar a pedir el 49% de las acciones.
A lo largo del fin de semana, las posiciones se acercaron ligeramente, pero los fondos aseguraron que la propuesta de la siderúrgica todavía es "injusta, desproporcionada y totalmente incoherente con todos los principios generalmente establecidos en las finanzas corporativas".
Pese a las diferencias existentes, los fondos aseguran que su prioridad sigue siendo lograr un acuerdo que permita a Celsa recibir ayudas de la SEPI.
"Los fondos no tienen previsto exigir la más mínima deslocalización", garantizan
Además, los acreedores rechazan que su voluntad sea trasladar el órgano de gobierno y la gestión de la siderúrgica fuera de España. Sí es cierto que piden la creación de un holding en Luxemburgo que firme un nuevo instrumento de deuda con ellos.
"Los fondos no han contemplado ni tienen previsto contemplar en ningún caso exigir la posibilidad de la más mínima deslocalización", añadieron en la nota "Estamos comprometidos con el empleo y las condiciones laborales en todos los centros productivos", zanjaron.
Celsa responde a los fondos acreedores
Tras el comunicado emitido por los fondos, Celsa emitió una nota de respuesta en la que recordó que los acreedores adquirieron la deuda con descuentos de hasta el 80%. "Nunca han financiado a la empresa ni se han interesado por el plan estratégico", advirtieron.
"La propuesta de reducción de la deuda que piden los fondos pasa por la firma de un nuevo instrumento financiero que comporte la constitución de un holding en Luxemburgo", añadieron.
Los Rubiralta y los acreedores tienen de plazo hasta el 30 de junio para intentar llegar a un acuerdo que desbloquee la ayuda de la SEPI.