El sector industrial español es, tras el sector servicios, la segunda rama de actividad más importante de la economía. Al igual que en el resto de países avanzados, la industria española tiene un importante efecto de arrastre hacia el resto de sectores, gran capacidad de innovación y un efecto muy positivo en la balanza comercial; sus exportaciones suponen alrededor del 90% de las exportaciones de bienes.
No obstante, durante los últimos años su peso en la economía se ha reducido drásticamente y se sitúa lejos del objetivo marcado por la Unión Europea para el año 2020 por el que este sector debe representar el 20%. Así, el año pasado el peso de la industria en la economía fue del 12,2%, frente al 17,9% del año 2000. Una bajada que se ha producido "en parte por el empuje del sector servicios, pero también por el abandono de políticas industriales activas que ahora es urgente impulsar", señaló Raquel Sánchez Jiménez, ministra de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana en el marco del VIII Foro Industrial organizado por elEconomista.
Para la ministra, las dos grandes crisis que hemos vivido, la financiera de 2008 y la de la Covid-19, han puesto de manifiesto la importancia de la industria para el país. "En la pandemia comprobamos que nuestras carencias a la hora de producir mascarillas, respiradores o equipos de protección, nos colocaba en la lista de espera de los proveedores mundiales", destacó la ministra. Por tanto, "ha llegado la hora de potenciar una industria inteligente, renovadora y sostenible".
En este sentido, para Sánchez Jiménez España tiene los mimbres necesarios para que el sector industrial afronte los próximos retos: "magnificas infraestructuras físicas y digitales. Nuestro acceso a Internet es generalizado, ocupamos el primer lugar de Europa en cuanto a cobertura de fibra óptica y somos líderes en el lanzamiento del 5G".
Así, las empresas españolas ya han comprobado que la digitalización redunda en mayores ingresos y en menores costes. Distintos estudios apuntan a que el impacto de la reinvención digital podría alcanzar un valor anual equivalente al 1,8% del PIB hasta el año 2025.
El papel de la movilidad
La sostenibilidad es uno de los principales ejes de actuación que se ha marcado Europa para el próximo año, ya que quiere liderar la carrera 'verde'. Un horizonte en el que la industria tiene un peso relevante. Como señalan desde la Agencia Europea de Medio Ambiente, la industria es responsable de más de la mitad de las emisiones totales de algunos de los principales contaminantes atmosféricos y gases de efecto invernadero, así como de otros importantes impactos medioambientales, como la liberación de contaminantes en el agua y el suelo, la generación de residuos y el consumo de energía.
A este respecto, la ministra de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana indicó que "el uso intensivo de los recursos naturales y de combustibles fósiles nos permitió en el pasado avanzar y alcanzar cifras de desarrollo espectaculares. Sin embargo, este patrón de crecimiento a costa del planeta se ha demostrado insostenible".
Para el tránsito de una economía lineal a una economía circular "es imprescindible una nueva movilidad con impactos medioambientales mínimos", señaló la ministra. El transporte representa el 4,27% del PIB español y genera casi 1 millón de puestos de trabajo y, a la vez, es uno de los sectores que genera mayores emisiones de gases de efecto invernadero. "Descarbonizar la movilidad y, por ende, el conjunto de la economía, es una exigencia de salud pública, un imperativo para mitigar el cambio climático y un compromiso que hemos asumido como país en distintos acuerdos internacionales".
En este sentido, prosiguió Sánchez, "antes de final de año llevaré al Consejo de Ministros la Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada y el instrumento que la hará posible, La Ley de Movilidad Sostenible. Representan enormes oportunidades para nuestro tejido productivo y para el fomento de la innovación en España".
La futura ley aborda cuestiones claves como la planificación de infraestructuras en función de su rentabilidad social y la financiación necesaria para su conservación. También, impulsa la digitalización y la automatización, así como la regulación del uso de datos abiertos para no frenar la innovación salvaguardando al mismo tiempo la privacidad de los usuarios. Además, fomenta medios más sostenibles como el ferrocarril.
"Los presupuestos de 2022 destinan cuantiosos recursos a la movilidad sostenible e innovadora. El ferrocarril lidera estas inversiones con más de 6.700 millones de euros. El objetivo último es de completar la red ferroviaria para que el ferrocarril ofrezca tiempos competitivos y aumente significativamente su cuota en el transporte de pasajeros y mercancías", destacó la ministra, quien añadió que "la movilidad será la impulsora de hacer el crecimiento sostenible de la industria. Lo inaplazable es interiorizar que la sostenibilidad es rentable y socialmente responsable".
Por su parte, Ignacio Madridejos, consejero delegado de Ferrovial, indicó que la movilidad y la tecnología son dos temas "cruciales para la economía que, además, nos ayudan a ser más sostenibles".

Para Madridejos el sector industrial debe liderar esta transformación invirtiendo en nuevas tecnologías que permitan "mejorar la eficiencia y la experiencia del usuario ofreciendo nuevas formas de movilidad más sostenibles, reduciendo sus emisiones de CO2 y focalizando las inversiones en la nueva economía".
A este respecto, el consejero delegado de Ferrovial destacó que la compañía apuesta "fuertemente por la digitalización de nuestros negocios que nos permiten ser más eficientes en nuestros procesos internos y en la ejecución de las obras. Estamos incorporando nuevas tecnologías a nuestras concesiones, mejorando la seguridad de las carreteras y la experiencia del usuario". El objetivo del grupo es llegar a la neutralidad en carbono en el año 2050 con un enfoque para el desarrollo de infraestructuras "más sostenibles, más innovadoras y más eficientes".
Concienciación colectiva
La industria tiene dos retos por delante: el impulso de la sostenibilidad y el apoyo a la tecnología. "Estos son los dos ejes fundamentales para el crecimiento y la transformación del sector", remarcó Begoña Cristeto, socia responsable de Automoción, Industria y Química de KPMG en España.
En el ámbito de la sostenibilidad, conceptos como reutilizar, reciclar, rediseñar o recuperar "no son nuevos para nuestras empresas industriales. Llevan trabajando muchos años para integrar dentro de su estrategia la sostenibilidad. Pero quizás en este momento estamos asistiendo a una creciente concienciación colectiva que lleva a las compañías a una mayor presión de gobiernos, consumidores y, cada vez más, los inversores", sostuvo Cristeto.

Así, se está exigiendo que la sostenibilidad no solo se integre en las empresas sino en toda su cadena de proveedores. "Nos estamos encontrando, especialmente en el sector de automoción, que cada eslabón de la cadena de valor de la industria comienza a exigir a su eslabón anterior el cumplimiento de determinados estándares si quieren seguir formando parte de su cadena de proveedores", apuntó la socia responsable de Automoción, Industria y Química de KPMG en España.
Por tanto, "inexorablemente todas las empresas están abocadas a medir y reportar la sostenibilidad y la circularidad si van a querer seguir formando parte de la cadena de valor de la industria, lo que supone un mayor nivel de transparencia". En este sentido, KPMG colabora con el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible, también conocido por sus siglas en inglés WBCSD, en el desarrollo de la herramienta Circular Transition Indicators, que permite a las empresas calcular cuál es su grado de circularidad.