La amenaza del fantasma energético deja un halo de 'déjà vu'

El nivel récord del precio del petróleo deteriora gravemente las perspectivas del crecimiento mundial. La amenaza de la inflación hace que la atención se centre en un posible endurecimiento de las políticas de los bancos centrales y en más subidas de tipos de interés.

Además de provocar un aumento de la volatilidad, la inestabilidad de las expectativas se traduce en una subida de las primas de riesgo sobre los activos más sensibles a la incertidumbre. Al contrario del oro y de la renta fija que se aprovechan otra vez del desorden económico.

Todo esto tiene un halo de déjà vu. Cuando el consenso empezó a tambalearse en mayo, advertimos de que el mercado no escaparía a una corrección en profundidad o en duración. La recuperación ulterior nos sorprendió por su vigor. Podría haber derivado en un ataque en toda regla de los máximos anuales si el mercado no hubiera escogido darse la vuelta ante la persistencia de las incertidumbres. Lo hizo en una zona crítica de resistencias y después de haber dudado sobre el camino a seguir. El brutal empeoramiento de la crisis en Oriente Medio ha espetado el último golpe.

En este contexto, aprovecharse de la baja de los precios para comprar podría perjudicar seriamente su cartera. Aunque les pese a los siemprealcistas, seguimos con más de lo mismo: un mercado lateral que podría derivar hacia una corrección más profunda. Y un mercado así no invita a grandes decisiones mientras la confusión domina a la tendencia. Mejor mantener una baja exposición a la renta variable y vigilar los soportes críticos. Vendrán mejores tiempos…