Sigue el Presidente de la Reserva Federal alentando a los mercados financieros. Volvió a ser el mejor aliado de los alcistas esta semana, pero las principales resistencias siguen en pie
Habló ante el senado norteamericano Ben Bernanke, para repetirse a sí mismo y dar su visión de la situación de la economía norteamericana. Y el paladín de la economía de las maravillas dijo aquello de: señores, dejen que los toros se acerquen a mí. Y le sonó a gloria pura Wall Street. Algo tendrá el agua cuando la bendice tan relevante personaje, y provoca algo no visto desde 1.999. Por primera vez en siete años: Dow Jones Industrial, Transportes, Utilities y Compuesto, todos los índices Dow, míticos ellos, marcaron al unísono un nuevo máximo histórico. Como en los mejores años noventa, como en un mundo perfecto. O casi.
Cualquiera que ante algo así no se saque el sombrero y acepte que el que manda es el toro, que no hay por el momento discusión posible en términos objetivos sobre el estado de las cosas, es que no tiene ninguna consideración al mercado o a los gráficos, que son la misma cosa. Tanto es así, que incluso el octogenario analista norteamericano Richard Russell, editor del newsletter más vendido de Estados Unidos (inspirado en la teoría Dow), y que desde 2003 ha venido reiterándose en que no confía en la sostenibilidad del alza del mercado de valores, tuvo que bajarse del burro (en su caso del oso, que el burro, con perdón, ha sido él) reconociendo que el mercado es alcista. Gracias Dick. Le ha costado cuatro años de alza y se ha perdido 5.000 puntos, pero qué importará eso cuando eres un gurú. Algunos hombres, Alan Greenspan, Fabio Capello, o Richard Russell, están hechos de otra pasta y nosotros los mortales debemos aceptarlos y amarles como son. Además, que diantres, nunca es tarde si la dicha es buena dicen.
Y vale la pena acordarse del gran Alan Greenspan, que con mano de hierro y gran acierto dirigió la política monetaria norteamericana durante dos décadas, pues el contraste es espectacular. Mientras éste allá por los 6.000 puntos Dow Jones Industrial empezó a hablar de cosas insondables como las llamaradas especulativas, o la exuberancia irracional, como hablabas maestro, nuestro nuevo comandante en jefe, Bernanke, se muestra menos escéptico de lo que lo hizo aquel en su día. No está mal teniendo en cuenta que el genio de Nueva York se adelantó un poquito ya que el Dow Jones Industrial acabó estirándose hasta por encima de los 11.000. No me parece mal por tanto que Bernanke se dedique a hablar de la economía y no entre en valoraciones sobre su visión de los mercados teniendo en cuenta que de esto no sabe nadie. Chico listo Bernanke, que pareció empezar con mal pie en los mercados y ahora los tiene en el bote.
Lo cierto es que a Bernanke el mercado de valores no parece tenerle muy preocupado, su atención está situada sobre el mercado inmobiliario. Por ello ha intentado mandarle un mensaje de optimismo a la economía real, pues considera que el crecimiento de Estados Unidos es suficiente, sólido, y está moderando los riesgos inflacionistas.
Eso, como es lógico, le vino como agua de mayo un mercado de valores que se sintió libre de cotizar con optimismo la reciente presentación de resultados, que finaliza y ha sido excelente. Y sobre todo, le vino de perlas al mercado de renta fija, probablemente su auténtica pretensión. Y un alivio para mi, la verdad, como saben en varias ocasiones me he preguntado por cómo podrían tomarse los inversores un gran movimiento bajista en el mercado de deuda.
Con todo, y aunque los cuatro índices Dow Jones marcaron máximos históricos, aunque lo hizo el Ibex y muchas bolsas europeas alcanzaron cotas no vistas en años, aunque el Dow Jones Transportes rompió un nivel tan importante técnica y psicológicamente como los 5.000 puntos, siguen quedando algunas cuestiones por resolver positivamente en el asedio alcista. La cornada del todo ha sido fuerte pero no es aún mortal para los últimos de los osos, que siguen resistiendo como pueden en varios frentes.
Por un lado la crónica falta de fuerza alcista en el Nasdaq, que se alejó de la zona 2.350 puntos del Nasdaq Composite, pero aún no enfrenta las inmediaciones de los 1.850 puntos del Nasdaq 100, donde se encuentra la última gran resistencia de medio/largo plazo del mercado de acciones. Ligeramente por encima de ese nivel tenemos una resistencia parecida a las que pueden verse en los gráficos que le adjunto del Dow Jones Industrial y del Eurostoxx 50, crecientes. Esas resistencias crecientes son la cuenta pendiente que tiene el mercado; y sólo si son rotas al alza podremos augurarle continuidad alcista a las bolsas durante unas semanas/meses sin riesgo de corrección. SI eso sucediese, un 2007 bajista me parecería más improbable aún de lo que me lo viene pareciendo. Más aún, si eso sucediese, y aunque pueda haber alguna corrección fuerte por el camino, probablemente 2007 volvería a ser una cosecha mucho mejor de la que espera la mayoría.