
El presidente francés, François Hollande, anunció hoy su intención de generalizar, en 2017, una cobertura sanitaria complementaria para los cuatro millones que carecen de ella y que pagan de su bolsillo algunas prestaciones no reembolsadas por la Seguridad Social o prescinden de ellas.
"Mi primera prioridad, es el acceso a la atención para todos", y eso pasa porque la Seguridad Social sea "el pilar y no el suelo de nuestro sistema", señaló Hollande en un discurso en Niza ante el Congreso de la Mutualidad Francesa.
Explicó que sólo 650.000 personas de los cuatro millones de personas que por su bajo nivel de recursos podrían recurrir a una ayuda pública para dotarse de un seguro complementario lo hacen por ser demasiado complicado, y que al final los 4.000 millones de euros dedicados a eso benefician a personal cualificado de grandes empresas.
"Es (subrayó) un despilfarro financiero y una injusticia social inaceptable", sobre todo teniendo en cuenta que "un 15 %" de los franceses "renuncian a asistencia sanitaria por razones financieras" cuando hace 30 años ese porcentaje era del 3 %.
El jefe del Estado avanzó que en lugar de obligar a suscribirse a una mutua complementaria para cubrir los gastos, algo "difícil de poner en práctica", pretende aplicar una política de "incitación" combatiendo el encarecimiento de esos seguros producida en los últimos años.
Según las cifras del jefe del Estado, en los últimos diez años, el gasto que no cubre la Seguridad Social y que deben pagar los pacientes o sus mutuas (si tienen un seguro complementario) ha crecido un 25 % en el caso de los medicamentos.
En la asistencia ambulatoria, que excluye la del hospital y que es donde hay una mejor cobertura, la Seguridad Social abona de media el 55 % del gasto de los pacientes