Nunca hasta ahora habían llegado tantos turistas a España. En el año 2016, se registraron más de 75 millones de llegadas de visitantes extranjeros y la cifra creció más de un 11% en los cuatro primeros meses de 2017, lo que hace pensar en un nuevo récord histórico en 2017.
Este ritmo de crecimiento es sorprendente en un destino maduro como el español, con unas cifras que sorprenden a nivel internacional. Según un artículo de María José Moral, en Cuadernos de Información Económica (Funcas), los datos contrastan con las previsiones de la Organización Mundial del Turismo, que esperaba que en 2020, España registrase 73,9 millones de turistas internacionales. Si se mantienen los datos de los últimos años, los visitantes podrían superar los 80 millones en ese año.
Entre los motivos para este récord están fundamentalmente la recuperación económica de nuestros mercados emisores (entre 2007 y 2009 España perdió 8 millones de visitantes), cuyos turistas no han parado de crecer desde 2010, y la inestabilidad política de los países africanos de la cuenca mediterránea, sobre todo Túnez y Egipto. Entre ambos países han perdido 6,6 millones de visitantes en los últimos años, que se han trasladado hacia países más seguros, como Portugal, Croacia o España.
Todo ello hace que el turismo se haya convertido en uno de los motores de la recuperación, tanto del Producto Interior Bruto (PIB) como del empleo. En el primer caso, el peso del turismo ha crecido hasta aportar el 11,1% del PIB en 2015 (en 2016 podría ser incluso mayor), alcanzando unas cifras desconocidas desde principios de los 2000. En algunos años, como en 2014), la mejoría del turismo contribuyó con cuatro décimas a la mejoría de la economía, que fue del 1,4%, es decir, aportó un tercio del crecimiento de ese año.
Empleo del sector
En materia de empleo, los datos también son claros. En lo que va de año, el empleo turístico crece a un ritmo del 4,8% interanual y eso que no han empezado a contarse los datos de la temporada de verano. Y la dependencia del turismo de nuestro mercado laboral no para de crecer: si antes de la crisis el turismo suponía aproximadamente el 10% de la ocupación, ahora lleva dos años en torno al 12%. En términos absolutos, el sector ocupa ahora a más de 2,2 millones de personas, un 15% más que en el año 2007.
Con estos datos, los expertos se preguntan si la dependencia del turismo será sostenible en el tiempo. Qué pasará con los 7 millones de turistas "prestados" de los países mediterráneos del norte de África será clave para saber si España puede tener ocupados al 12% de sus afiliados en el turismo.
Otro dato que crea dudas es el de la rentabilidad. El gasto medio por turista, según recoge en su estudio María José Moral, ha subido con fuerza en los últimos años, pasando de 88 euros diarios en 2005 a 129 en 2016. No obstante, lo preocupante es que sigue estando por debajo del que registran los países de nuestro entorno, como Francia o Italia y es muy dispar en función de las características del visitante.
El reto de la rentabilidad
Además, dado que la estancia media ha bajado, de 9,7 a 7,9 días, los ingresos medios por persona han subido mucho menos de lo que ha crecido el turismo. El hecho de que más de la mitad de los viajeros que vienen en avión vengan en líneas de bajo coste es un factor que ha ayudado a que la estancia media bajase. Por ello, los expertos piden políticas de comercialización que ayuden a alargar las estancias y eleven el gasto medio diario.
Además, en los últimos tiempos, en paralelo al crecimiento del número de visitantes, la preocupación por el turismo ha ido creciendo. Por ejemplo, en Barcelona, el turismo se ha convertido en el segundo motivo de preocupación para los habitantes, sólo por detrás del paro. La llegada masiva de turistas, sobre todo en algunos barrios, ha expulsado a vecinos y generado malestar en parte de la población.
La población de Balerares
Otra de las zonas en las que más se está notando la subida del turismo es en Baleares. En agosto del mes pasado, el indicador de presión humana de las islas alcanzó un récord histórico por encima de 1,9 millones de personas. El 9 de agosto había en el archipiélago un total de 2,03 millones de personas, prácticamente el doble de los 1,1 millones de ciudadanos que hay empadronados en Baleares. Cómo mantener los servicios públicos en una autonomía que casi duplica su tamaño en verano, así como otros problemas, como el alquiler de vivienda, también empiezan a preocupar.

En definitiva, los buenos datos del turismo están siendo un notable impulso para el crecimiento español, pero ello no está exento de riesgos. La posible marcha de los 7 millones de turistas "prestados" por el norte de África, la llegada de turismo masivo en barato o las quejas de los ciudadanos de las localidades más turísticas son la cara B de un fenómeno que marcará un nuevo récord histórico en 2017.