
De lo que se presupuesta a lo que se gasta a veces hay mucha distancia. Y si hay un ámbito en el que esta máxima se cumple, ése es la ciencia. En los cuatro años que ha gobernado Mariano Rajoy, las dos grandes partidas dedicadas a esta materia, bajo el paraguas del Ministerio de Economía esta legislatura, Fomento y coordinación de la investigación científica e Investigación y desarrollo tecnológico-industrial, presentan una ejecución del 48%, es decir, que más de la mitad de los fondos presupuestados se quedaron en el limbo (o pasaron a otra parte del presupuesto).
En concreto, entre 2012 y 2015, los datos de Hacienda indican que ambas partidas sumaron 13.584 millones de euros de presupuesto, pero sólo se encontró destino a 6.637 millones de euros.
Una situación similar es la que viven otras partidas relacionadas con la investigación, pero dependiente de otro departamento: Investigación y desarrollo de la Sociedad de la Información e Innovación tecnológica de las telecomunicaciones, ambas bajo el paraguas de Industria. En su caso, suman en conjunto 2.467 millones de euros presupuestados y se han gastado efectivamente 1.161 millones, también menos de la mitad.
Promoción del turismo
Y es que tanto Economía como Industria, a causa de estos programas de investigación, tuvieron el nivel más bajo de ejecución presupuestaria de todos los ministerios. En el caso de Industria, al margen de los dos capítulos de investigación, hay otros ámbitos en los que no ha encontrado destino a buena parte del presupuesto. Por ejemplo, sólo ha encontrado destino al 17% del presupuesto para promocionar el turismo: de los 1.076 millones previstos, apenas se han gastado efectivamente 188.
En menor medida, también ha habido fondos ociosos en otras partidas relevantes para la industria: El departamento de José Manuel Soria ha gastado sólo el 60% de lo presupuestado para Desarrollo industrial y el 75% de los fondos previstos para Reconversión y reindustrialización.
En buena parte, estas partidas tienen una ejecución tan baja debido a que no sólo dependen del sector público ya que movilizan parte de los fondos a través de préstamos participativos y otros instrumentos en los que se necesita una cierta participación de las entidades financieras. Si no se solicitan los fondos o las entidades financieras no movilizan los préstamos necesarios, buena parte del presupuesto se queda sin utilizar.
Cooperación al desarrollo
Si sólo tenemos en cuenta los datos de 2015, hay partidas que salen peor paradas que las de investigación. La que tuvo una ejecución más baja fue Cooperación al desarrollo, que sólo encontró destino a 16,7 millones de euros de los más de 265 presupuestados, es decir, el 93% del presupuesto se quedó ocioso. La segunda fue Relaciones con los Organismos Financieros Multilaterales, de la que sólo se dedicaron 38 millones de los 231 previstos, mientras que la tercera fue Fomento de las industrias culturales, de la que se gastó el 20% de lo previsto.
Atendiendo a las partidas de más de 1.000 millones de euros, las que tuvieron una ejecución más baja fueron, una vez más, las relacionadas con la ciencia: Investigación y desarrollo tecnológico-industrial y Fomento y coordinación investigación científica y técnica gastaron un 44,5% y un 52% de su presupuesto, respectivamente. Por ello, el ministerio con menor ejecución fue Economía, con un 60%.
En el lado contrario, en el de los ministerios que gastan mucho más de lo inicialmente presupuestado, destacan dos: Hacienda, que gastó un 76% más de lo previsto, y Defensa, con un 38% más de lo presupuestado.