
El IPC ha escalado hasta el 2,5% en el mes de octubre, dos décimas por encima del dato de septiembre. En lo que se refiere al IPC subyacente (sin contar energía ni alimentos sin procesar) se ha situado en el 2,1%, levemente por debajo de lo previsto por los expertos y una décima por debajo del 2,2% de septiembre.
El dato del IPC subyacente cobra relevancia respecto al general por se un indicador más fiable y más dependiente de la demanda interna y el crecimiento de los salarios. Este indicador está entre los que analiza la Reserva Federal para tomar sus decisiones de política monetaria.
No obstante es el deflactor del PIB (PCE) el indicador preferido de la Fed para analizar el comportamiento de los precios y su efecto sobre la economía. El PCE incluye una gama más amplia de bienes y servicios que el IPC.