
El crecimiento del producto interior bruto (PIB) de Francia se ralentizó al 0,3% en el primer trimestre del año, cuatro décimas menos que en el trimestre anterior, indicó hoy el Instituto Nacional de Estadística (INSEE).
La cifra, una décima menos que en las previsiones avanzadas el pasado marzo por el organismo, se atribuye principalmente a un consumo de los hogares poco dinámico, que progresa al mismo ritmo que entre septiembre y diciembre (+0,2%).
En particular, hubo un descenso del consumo en alimentos, donde se pasó de una subida del 0,3% a un retroceso del 0,5%, si bien el gasto en energía subió al 1,4%, tras una caída del 0,6%, debido a temperaturas inferiores a lo normal en febrero y marzo.
El organismo oficial de estadística detalló que la formación bruta de capital fijo no experimentó tampoco un impulso y pasó del 1,1% en el último trimestre al 0,6% entre los pasados enero y marzo por un descenso de la inversión de las empresas.
Las exportaciones cayeron un 0,1%, tras una subida del 2,5% en el trimestre anterior, y las importaciones no registraron cambios, tras el incremento del 0,4% en el cuarto trimestre.
En total, según el INSEE, el saldo exterior no contribuyó al crecimiento del PIB en los tres primeros meses de 2018, tras haber aportado 0,6 puntos en el trimestre precedente, y tampoco lo hicieron las variaciones de existencias de las empresas, que se quedaron estables.
La organización apuntó que la producción total de bienes y servicios se ralentizó en el primer trimestre hasta el 0,3%, seis décimas menos que en el último de 2017, principalmente en los bienes, donde se cayó al 0,6% tras un incremento del 1,2%.
En su programa de estabilidad presupuestaria presentado el pasado 11 de abril, el Ejecutivo francés calculó que el PIB crecerá en el conjunto del año un 2%, tres décimas más que en sus previsiones anteriores.