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Elecciones en Holanda: el país pone a prueba el auge del populismo en Europa

  • El PVV de Geert Wilders cuenta con el apoyo del 14% de los holandeses
Geert Wilders, el líder del PVV, votando. Imagen: Reuters.

Tras la victoria del Brexit y de Trump en 2016, las elecciones holandesas suponían la oportunidad de Geert Wilders para continuar la estela triunfante del populismo. Este político holandés, que comparte con el presidente de EEUU tanto su peinado como sus políticas antimusulmanas, puede convertirse en la primera piedra del camino del nuevo nacionalismo en Europa. Sin embargo, pese a ser uno de los favoritos para ganar las elecciones holandesas, los primeros resultados del escrutinio le alejan de cualquier posibilidad de gobernar, algo que en cualquier caso no tendría nada fácil.

Los colegios electorales en Holanda han abierto hoy sus puertas a las 07:30 hora local (06:30 GMT) para dar inicio a unas decisivas elecciones parlamentarias en las que 12,6 millones de ciudadanos elegirán a su futuro gobierno.

Wilders llegaba como uno de los favoritos gracias al apoyo del 14% de la población, según las últimas encuestas. Su partido, el PVV (Partido por La Libertad), tiene que luchar contra otras 27 formaciones y una historia que juega en su contra. Y es que nadie ha gobernado en solitario en Holanda en más de un siglo. Un factor que, junto a la negativa de las grandes partidos a pactar con él, resta, y mucho, sus posibilidades de llegar a ser el nuevo primer ministro.

Los primeros sondeos a pie de urna le daban apenas 19 escaños, mientras que el recuento oficial al 10% escrutado le concede el 12,2% de los votos, situándole como tercer partido después de la derecha del 'premier' Rutte y los ecologistas.

El xenófobo que caminó por Oriente

Con 54 años, Wilders no es el típico prototipo de político antimusulmán. En su juventud recorrió Oriente Medio durante dos años, un viaje que le marcaría para siempre. Al regresar a su país y tras trabajar como corredor de seguros, llegó al parlamento en 1998 de la mano del VVD (Partido Popular por la Libertad y la Democracia). Muy conocido en la cámara por su postura anti islamista, seis años después se desvinculó de la formación tras apoyar la entrada de Turquía en la Unión Europea. En 2006 fundó el PVV y obtuvo nueve escaños en las elecciones de ese mismo año, unos resultados sorprendentes que ha ido mejorando durante la última década hasta convertirse en la tercera fuerza política.

Aún así, el PVV no es un partido corriente. Wilders es su único integrante y su programa político es sólo una hoja que parece una lista de la compra, aunque recientemente hayan impedido su visualización por su contenido. Sus objetivos son marcadamente antiecológicos -fin de los molinos de viento-, nacionalistas -salida de la UE y aumento del gasto en defensa- y xenófobos.

Su promesa estrella es la "desislamización de Holanda" mediante el cierre de fronteras y mezquitas, la detención preventiva o la misma prohibición del Corán. "Holanda tiene un problema y se llama marroquíes", ha llegado a decir en alguna ocasión, para después puntualizar que se refería sólo a los delincuentes. Durante el último debate de la campaña llegó a decir que "Mahoma es un señor de la guerra y un pedófilo".

Dos veces en los tribunales

Su cruzada antimusulmana le ha llevado a ser juzgado dos veces por incitación al odio, la última hace escasamente tres meses. Su primer encontronazo con la justicia fue en 2008 cuando realizó un polémico cortometraje que asociaba pasajes del Corán con imágenes de ataques islamistas. Hasta Reino Unido le prohibió la entrada por ello aunque, tras quedar absuelto de todos los cargos, la medida fue retirada.

Menos suerte tuvo el pasado diciembre. Fue condenado por un delito de discriminación al decir ante una multitud que "se ocuparía" de que hubiese menos marroquíes en Holanda. Pero la sentencia no le impone pena o multa alguna.

La ideología xenófoba que defiende Wilders le ha hecho objeto de multitud de amenazas de extremistas islámicos. En 2010 el eco de sus propuestas llegó hasta oídos de Al-Qaeda, que le incluyó en su lista de objetivos. Desde entonces vive con protección. Y en los últimos meses su seguridad se ha visto comprometida y ha llegado a arrestar a un miembro de su propia comitiva por posibles filtraciones sobre ella. Además, diferentes grupos antifascistas le han amenazado de tal modo durante la campaña electoral que ha tenido que cancelar la mayor parte de sus actos públicos. 

Wilders contra la historia

Más allá de su ideología, el propio sistema político holandés limita mucho las expectativas de triunfo de Wilders y los suyos. Con 150 miembros en el Parlamento es necesario tener la mitad (76) para obtener mayoría absoluta. Un hecho que jamás se ha producido dado la cantidad de pequeños partidos con representación parlamentaria, un hecho derivado de su sistema electoral, muy diferente al español.

Una única circunscripción abarca todo el país, lo que provoca tradicionalmente una cámara dividida en multitud de partidos -con apenas el 0,67% de los votos se alcanza un escaño-. Esto se traduce, según las encuestas, en que 14 de la casi treintena de formaciones presentadas lograrán representación parlamentaria.

Entre este gran abanico, quienes cuentan con mayor respaldo social son las formaciones históricas de la derecha e izquierda holandesa, el VVD del primer ministro Mark Rutte y el Partido del Trabajo (PvdA), su aliado en el gobierno. Pero esta última está siendo duramente castigada por entrar en la coalición de gobierno, perdiendo entre un 30% y un 70% de votos según las encuestas. Mientras, los de Mark Rutte son la única fuerza política capaz de hacer frente a Wilders.

También existen partidos tradicionales con menos apoyo que luchan por alcanzar la veintena de escaños. Son los casos de Democracia Cristiana (CDA) y el partido socioliberal y progresista Demócratas 66 (D66). En la misma posición, pero más comprometidos con los derechos sociales, se encuentra el Partido Socialista (SP) y Izquierda Verde (GL) que ha experimentado una espectacular subida en los últimos meses gracias al voto joven. 

El Parlamento tradicionalmente se completa con varias formaciones de menos de 10 escaños que se centran en temas más concretos. El Partido de los Animales (PvdD) y el partido 50Plus para jubilados son los máximos representantes. Además, también existen dos partidos cristianos minoritarios - PEC y Christen Unie- cuyas políticas están basadas en la Biblia, una formación antieuropea (FvD), otra que agrupa a la mayoría de inmigrantes musulmanes (Denk) y el Niet Stemmers (No Votantes) que apuesta por recoger el voto de los que piensan abstenerse.

Por su parte, Wilders ha logrado canalizar el descontento de la clase trabajadora, seduciéndola con la idea de que sus empleos están en manos de los inmigrantes. Así se desprende de diferentes estudios publicados hasta la fecha. En concreto, el PVV es la primera fuerza política entre los pobres (17% de apoyo) y las clases populares (16%), desinflándose a medida que aumenta la renta de las familias. Son entre estas clases acomodadas donde las formaciones liberales de izquierda y derecha despuntan claramente, con el VVD a la cabeza (26%).

Pero podría suceder como en las elecciones pasadas, cuando a medida que los comicios se acercan el PVV perdió votantes. Desde el verano del 2015, Wilders y los suyos encabezaban la mayoría de encuestas, pero a mediados de febrero vio cómo se emparejaban con el partido del primer ministro. Incluso en los últimos resultados demoscópicos, a escasos días de las elecciones, señalan que el VDD les superaría ligeramente (3%).

La fragmentación parlamentaria, la ausencia de aliados y la tendencia negativa hacen que Wilders tenga muy difícil gobernar, incluso si se convierte en la fuerza más votada. Si, aún así, se diese tal situación, el resto de partidos han manifestado que buscarían crear una gran coalición para alcanzar los 76 escaños. Según las encuestas, tras la negativa de los socialistas (SP) a pactar con los populares del primer ministro, serían necesarios al menos cinco partidos para conseguirlo. Entre los que entrarían en el nuevo Gobierno, podrían estar el VDD, PvdA, CDA y D66, más una formación más pequeña. Todo un rompecabezas para frenar la Holanda de Wilders.

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