
Tras el arranque oficial de la carrera electoral la semana pasada en Iowa, los aspirantes a las nominaciones republicanas y demócratas a la Casa Blanca se preparan para su segunda batalla en New Hampshire.
Los caucuses del pasado lunes dejaron víctimas colaterales, con varios contrincantes, como los republicanos Rand Paul y Rick Santorum así como el demócrata Martin O´Malley, abandonando sus candidaturas. Pero las respectivas victorias del republicano Ted Cruz y la demócrata Hillary Clinton dejaron un sinsabor político.
En el caso republicano, las encuestas favorecían al polémico empresario Donald Trump que, sin embargo, terminó en segunda posición con el 24,3% de los votos, 3,1% por detrás de Cruz. La respuesta del multimillonario no se hizo esperar y acusó al senador de Texas de "fraude". En el campo demócrata, el triunfo de Clinton tampoco fue ampliamente celebrado, ya que la candidata sólo superó al senador por Vermont, Bernie Sanders, por 3 décimas.
Los últimos sondeos en New Hampshire postulan a Trump y Sanders con una clara ventaja sobre sus contrincante,s que oscila entre los 21 y los 13 puntos en el caso del empresario y entre los 16 y los 15 puntos en el del senador demócrata. Sin embargo, las primarias en dicho Estado suelen deparar sorpresas. En 2008, Clinton arrebató New Hamp-shire a Barack Obama, pese a que éste lideraba las encuestas. Lo mismo ocurrió ocho años antes con el senador republicano John McCain y George W. Bush.
El pasado jueves, Clinton y Sanders intensificaron sus ataques durante un debate donde el senador de Vermont acusó a la ex secretaria de Estado de "representar al establishment" y poner en duda su ideología "progresista". Clinton, por su parte, acusó a su oponente de "calumniarla ingeniosamente" al sugerir que la candidata estaba comprada por sus donantes. Es cierto que la ex primera dama cuenta con el apoyo de las oscuras super PAC, organizaciones donde empresas e individuos no cuentan con límite de donación y que oficialmente apoyan iniciativas ideológicas y no a candidatos concretos. Sanders, por el contrario, financia la mayor parte de su campaña con pequeñas donaciones de sus seguidores.
Dentro de la jauría republicana, la atención se centra en Trump, Cruz y el senador por Florida, Marco Rubio. Este último, que quedó tercero en Iowa, con un 23,1% de los votos, se ha convertido en la apuesta del nucleo duro del partido republicano, que busca eliminar a Trump y Cruz de la nominación. El senador de Texas se ha defendido de los ataques de Trump afirmando que el empresario sufre una de sus habituales "pataletas", haciendo referencia a su ausencia en el último debate en Fox News, donde el multimillonario no participó por sus desavenencias con la moderadora Megyn Kelly.
El caracter impulsivo de Trump, que tras no participar en el debate quedó segundo en Iowa, le ha costado la clara ventaja con la que contaba en New Hampshire y otra derrota consecutiva le dejaría herido profundamente de cara a las primarias de Carolina del Sur. Rubio se perfila como su principal adversario mañana.