GIGLIO, Italia (Reuters) - El enorme casco del crucero italiano Costa Concordia se movió el viernes sobre las rocas que lo sostienen, forzando a una nueva suspensión de los trabajos de rescate y poniendo en peligro los planes de sacar el combustible de la nave para evitar un posible desastre ecológico.
El portavoz de los bomberos Luca Cari dijo que los equipos de rescate esperaban reanudar las operaciones y continuar con la búsqueda durante la noche después de que el barco pareciera estabilizarse.
"El buque parece haberse estabilizado y la búsqueda se retomará en breve. Esperamos seguir toda la noche, pero sólo en la parte no sumergida", explicó Cari.
Nicola Costagni, un profesor de geofísica que asiste al departamento de protección civil de la isla, dijo que el movimiento del barco es muy lento, por lo que se pueden reanudar las operaciones.
El deslizamiento es de unos milímetros por hora, pero complica la de por sí difícil tarea de los buzos debido a la escasa visibilidad, los objetos flotantes y los restos sumergidos.
El Gobierno ha declarado el estado de emergencia para el área, una decisión técnica que liberaría financiación especial.
La atención ahora se está centrando en cómo extraer las más de 2.400 toneladas de combustible a bordo de la nave, encallada de lado sobre una zona rocosa situada a unos 20 metros de profundidad frente a la isla de Giglio y que podría caer a una mayor profundidad.
Los equipos deben esperar a que termine la búsqueda de supervivientes y cuerpos antes de poder empezar a sacar el combustible de la embarcación, un proceso que podría llevar al menos dos semanas.
Expertos en medioambiente han advertido que si se rompen los tanques de combustible y éste se filtra, Italia podría enfrentarse a su peor desastre ecológico en 20 años.
" Si el Costa Concordia se desliza más abajo y el combustible comienza a filtrarse al agua, podríamos estar años y gastar decenas de millones de euros antes de limpiarlo", dijo Luigi Alcaro, director de emergencias marítimas en ISPRA, la agencia de medioambiente del Gobierno italiano.
El ministro de Medio Ambiente, Corrado Clini, dijo el jueves al Parlamento que ha pedido al operador del barco, Costa Cruceros, que tome todas las medidas necesarias para asegurar la nave a fin de evitar que se deslice y caiga a una mayor profundidad.
Clini dijo que había peligro de que el crucero se hunda entre 50 a 90 metros bajo la saliente rocosa donde quedó encallado, provocando un importante riesgo de daño medioambiental en una de las mayores reservas marinas de Europa.
Once personas de los más de 4.200 pasajeros y tripulación murieron después de que la embarcación chocara contra las rocas a apenas unos cientos de metros de la costa. Además, al menos 24 personas todavía están desaparecidas, aunque ese número probablemente incluya cuerpos recuperados pero aún sin identificar. Los socorristas siguen buscando a una niña de cinco años desaparecida junto con su padre.
CAPITÁN ACUSADO
El capitán del barco, Francesco Schettino, fue puesto bajo arresto domiciliario, acusado de causar el desastre y luego abandonar la nave antes de que se completara la evacuación.
Su abogado dice que él ha admitido haber acercado demasiado al crucero a la costa, pero niega tener la única responsabilidad y dice que otros factores pudieron haber contribuido al accidente.
Los operadores del barco lo han suspendido y dijeron que se consideran "parte afectada" en el accidente, que de acuerdo a expertos de la industria podría convertirse en una de las mayores reclamaciones a aseguradoras marítimas de la historia.
Pero en su pueblo natal de Meta di Sorrento, cerca de Nápoles, el capitán cuenta aún con apoyo.
"Lo conozco de vista y por reputación. Siempre ha sido serio y capaz", dijo Giovanni Barbato, un ortodoncista de 27 años, que afirma que muchos en el pueblo están muy ofendidos por la forma en la que prensa ha mostrado a Schettino.
El jueves, el canal SkyTG24 divulgó una grabación descrita como una conversación entre funcionarios de la guardia costera y el puente del Concordia media hora después de que la nave chocara contra una roca, en la que parece que miembros de la tripulación dicen a las autoridades que el barco sólo ha sufrido un corte de energía.
Según medios italianos, el capitán habría hablado por teléfono con el gerente de operaciones marítimas de la unidad de crisis de la compañía, diciendo que tenía "un problema" y que en el viaje a Giglio había ocurrido un "impacto".
En una entrevista con el Corriere della Sera, el consejero delegado de Costa Cruceros criticó a Schettino por retrasar la orden de evacuación y negó que se le presionara para esperar por el potencial coste para la compañía. Además, negó tener conocimiento de que los capitanes naveguen demasiado cerca de la costa para dar un espectáculo a los pasajeros.
"No puedo descartar que algunos capitanes, sin informarnos, puedan haber establecido un curso más próximo a tierra. Sin embargo, puedo descartar haber tenido nunca conocimiento de que lo hayan hecho de manera no segura", agregó.
El Gobierno italiano quiere abordar esta cuestión y establecer nuevas normas que prohíban a los grandes cruceros navegar por rutas peligrosas y pasar demasiado cerca de la costa.
/Por Steve Scherer y Gabriele Pileri/
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