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Vuelven a suspender las tareas de rescate en el crucero italiano

GIGLIO, Italia (Reuters) - El enorme casco del crucero italiano Costa Concordia se movió el viernes sobre las rocas que lo sostienen, forzando a una nueva suspensión de los trabajos de rescate y poniendo en peligro los planes de sacar el combustible de la nave para evitar un posible desastre ecológico.

El portavoz de los bomberos Luca Cari dijo que los equipos de rescate estaban analizando el próximo paso, después de que el movimiento del barco empeorara las condiciones para los buzos, que ya deben lidiar con la mala visibilidad, los objetos flotantes y los residuos bajo el agua.

Siete días después de que el crucero de 114.500 toneladas encallara frente a la costa de Toscana, en el oeste del país, las esperanzas de encontrar a alguien con vida casi han desaparecido y las frías aguas se suman al empeoramiento de la condiciones climáticas que se esperan para este fin de semana.

"El barco se está deslizando unos 15 milímetros por el frente y siete milímetros por hora en la parte de atrás. No es mucho, pero tiene que mantenerse bajo control", afirmó Nicola Costagli, un profesor de geofísica que asiste al departamento de protección civil, al canal de televisión SkyTG24.

La atención ahora se está centrando en cómo extraer las más de 2.300 toneladas de combustible que lleva la nave, que se encuentra sumergida 20 metros y de lado sobre una zona rocosa frente a la isla de Giglio y que podría caer a una mayor profundidad.

Costagli agregó que la embarcación se sostiene sobre dos protuberancias rocosas y dijo que "tenemos que establecer si estos dos puntos de apoyo son estables".

Los equipos de salvamento deben esperar a que se suspenda la búsqueda de supervivientes y cadáveres antes de poder empezar a bombear el combustible, un proceso que podría tardar al menos dos semanas.

RIESGO MEDIOAMBIENTAL

El ministro de Medio Ambiente, Corrado Clini, dijo el jueves al Parlamento que ha pedido al operador del barco, Costa Cruceros, que adopte todas las medidas necesarias para asegurar la nave a fin de evitar que se deslice y caiga a una mayor profundidad.

"Si el barco se desliza, esperamos que no se rompa y que los tanques de combustible no se resquebrajen", sostuvo.

Clini dijo que había peligro de que el crucero se hunda entre 50 a 90 metros bajo la saliente rocosa donde quedó encallado, provocando un importante riesgo de daño medioambiental en una de las mayores reservas marinas de Europa.

Once personas de los más de 4.200 pasajeros y tripulación murieron después de que la embarcación chocara contra las rocas a apenas unos cientos de metros de la costa. Además, al menos 24 personas todavía están desaparecidas, aunque ese número probablemente incluya cuerpos recuperados pero aún sin identificar.

El capitán del barco, Francesco Schettino, fue puesto bajo arresto domiciliario, acusado de causar el desastre y luego abandonar la nave antes de que se completara la evacuación.

Su abogado dice que él ha admitido haber acercado demasiado al crucero a la costa, pero niega tener la única responsabilidad y dice que otros factores pudieron haber contribuido al accidente.

Los operadores del barco lo han suspendido y dijeron que se consideran "parte afectada" en el accidente, que de acuerdo a expertos de la industria podría convertirse en una de las mayores reclamaciones a aseguradoras marítimas de la historia.

En una entrevista con el Corriere della Sera, el consejero delegado de Costa Cruceros criticó a Schettino por retrasar la orden de evacuación y negó que se le presionara para esperar por el potencial coste para la compañía. Además, negó tener conocimiento de que los capitanes naveguen demasiado cerca de la costa para dar un espectáculo a los pasajeros.

"No puedo descartar que algunos capitanes, sin informarnos, puedan haber establecido un curso más próximo a tierra. Sin embargo, puedo descartar haber tenido nunca conocimiento de que lo hayan hecho de manera no segura", agregó.

El Gobierno italiano quiere abordar esta cuestión y establecer nuevas normas que prohíban a los grandes cruceros navegar por rutas peligrosas y pasar demasiado cerca de la costa.

(Información adicional de Radu Marinas y Silvia Ognibene; Traducido por la Mesa de Santiago de Chile y Teresa Larraz)

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