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Nuevas incertidumbres planean sobre el plan internacional de ayuda a Grecia después de que varios países contribuyentes hayan exigido a Atenas que les dé garantías, como ha hecho con Finlandia.
"El acuerdo grecofinlandés amenaza con poner en peligro todo el paquete para Grecia", alerta Guntram Wolff, del centro de reflexión económica Bruegel en Bruselas. "Si todos los países hacen como Finlandia, esto va a reducir de manera significativa el monto efectivo de la ayuda acordado para Grecia".
El problema viene de las garantías concedidas por las autoridades griegas a las finlandesas sobre la contribución de Finlandia al plan de ayuda a Grecia, que según el banco británico Barclays (BARC.LO), se eleva a 1.000 millones de euros (1.440 millones de dólares).
El 21 de julio pasado, los países de la Eurozona decidieron un segundo plan de ayuda a Grecia de 158.600 millones de euros (algo más de 228.000 millones de dólares), de los cuales dos tercios procederán de préstamos europeos y del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el resto de la contribución de acreedores privados de Grecia (bancos, seguros y fondos).
El peso de la tripe A
Según el acuerdo grecofinlandés, Grecia "va a depositar en las arcas del Estado finlandés una cantidad que, sumada a los intereses que producirá, cubrirá todo el monto del préstamo garantizado por Finlandia", según Helsinki.
Esta garantía era una condición de Finlandia, reluctante a ayudar a Grecia. Y es que la participación de este país es uno de los seis de la Eurozona que cuenta con la máxima nota de calificación crediticia, la triple A.
Este anuncio ha incendiado a otros países como Holanda y Austria, también con triple A, que exigen garantías similares, al igual que Eslovaquia, único país de la zona euro que rehusó contribuir al primer plan de ayuda a Grecia. "No se puede aceptar que dos países se arreglen entre ellos y digan que ningún otro país puede participar en su arreglo", ha indicado el ministro de Finanzas holandés, Jan Kees de Jager.
Esto no ha impedido que su primer ministro critique el acuerdo Atenas-Helsinki. Según Mark Rutte, el primer ministro holandés, esto amenaza con "agravar" la situación de Grecia porque significa "retomar directamente" el dinero prestado.
Las autoridades austriacas piden que los socios de la UE reciban el mismo trato. Si se dan garantías a Finlandia, Austria también las quiere, pese a que considera que estas garantías "en principio no son necesarias", según el ministerio de Finanzas.
La ministra austriaca de Finanzas envió una carta a sus socios de la Eurozona pidiendo que los Estados cuyos bancos y seguros estén muy comprometidos en Grecia, como Finlandia y Austria, obtengan estas garantías. Países como Francia y Alemania, que también han concedido gran ayuda a Grecia, no tendrían este derecho.
Las divisiones de la Eurozona
El acuerdo entre Atenas y Helsinki "refleja profundas divisiones en el seno de la Eurozona", constatan los analistas del banco BofA Merrill Lynch Global Research, para quien el "acuerdo no está sancionado". "Por el momento, solo se trata de países pequeños (de la Eurozona)", dice Wolff, "por lo que cuantitativamente no es todavía importante. Pero en el momento que haya un gran país que vaya por la misma vía, el conjunto (del plan) está muerto", concluye.
El ministro griego de Finanzas, Evangelos Venizelos, no se espera que el canje de deuda, contemplado en el plan de ayuda a su país esté listo antes de octubre. "No esperamos haber terminado antes de la primera o la segunda semana de octubre, ya que los Parlamentos deben votar, y los bancos y aseguradoras tienen que preparar sus procedimientos" para el canje de deuda, aseguró el ministro a la radio Skai.