
El cigarrillo electrónico supuso toda una revolución, no sólo en el mundo de la franquicia, sino también a nivel legislativo. El boom del vapeo, así es como llaman los usuarios al hecho de usar el cigarrillo electrónico, llenó los locales vacíos de las ciudades de enseñas que se dedicaban a vender este artículo. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Franquicias y Emprendedores
De este modo, el número de estas tiendas superaba las 1.200 en el año 2013 -con una facturación que rondaba los 25 millones de euros-. Sin embargo, el año 2014 supuso el cierre del 60% de estos establecimientos. Así, Ray Story, presidente de Tobacco Vapor Electronic Cigarette Association (TVECA) -organización europea homóloga a la Asociación Nacional del Cigarrillo Electrónico (Ance)-, nos cuenta las claves y desafíos de un sector que, visto está, ha dejado atrás este brutal crecimiento.
El diseño de la nueva etiqueta, que prohíbe consumir tabaco y cigarrillos electrónicos en determinados espacios, ha sido valorada por Ance como incorrecta. ¿Induce esta a comparar los efectos nocivos del humo del tabaco con el vapor?
El vapeo y el humo del tabaco no tienen absolutamente nada que ver, razón por la que en todos los países de la UE se permite vapear en bares y restaurantes pero no se permite fumar. No obstante, en aquellos lugares donde la ley no permita vapear, debe de haber unas etiquetas claras al respecto, pero diferenciadas de las del tabaco, con el fin de no llevar al usuario ni al ciudadano al engaño. La propuesta compartida por Ance cuenta con todo nuestro apoyo y esperamos que sea tenida en cuenta por los reguladores en España.
¿Cómo ha repercutido al sector del cigarrillo electrónico la nueva Ley de Consumo de este producto?
Aunque la Ley de Consumo ha coincidido en el tiempo con un considerable descenso en las ventas y consumo del producto en España, no creemos que el mismo esté relacionado con la Ley en sí misma, sino más bien con una multitud de factores mucho más complejos. Por el contrario, la Ley ha permitido introducir normas necesarias para su uso, venta y publicidad, que garantizan una protección al menor y que han puesto a España a la cabeza de la Unión Europea en lo que a normativa sobre uso de cigarrillos electrónicos respecta. De hecho, como se ha visto en leyes posteriormente aprobadas en otros países de la UE, España ha marcado el camino al resto de socios europeos en materia de regulación del cigarrillo electrónico.
En 2014, el 60% de las tiendas dedicadas a la venta de cigarrillos electrónicos han echado el cierre, muchas de ellas franquicias. ¿Cómo valoran estos resultados?
Como se ha visto en otros muchos países, las franquicias proliferan en momentos de gran expansión, pero en muchos casos lo hacen sin un plan de negocio sostenible a largo plazo que permita hacer frente a épocas de crisis y vacas flacas. No obstante, si echamos un vistazo a los datos de consumo de otros países donde se vapea desde hace años, como Estados Unidos u Holanda, vemos que la tendencia a medio y largo plazo claramente apunta a una consolidación de este producto y a su asentamiento como alternativa al tabaco. De hecho, los últimos datos disponibles apuntan a una ligera recuperación del consumo en España y no tengo duda de que esta tendencia continuará a la alza hasta su estabilización, en línea con otros países. El producto ha venido para quedarse.
Tras esto, el sector tendrá que reorganizarse... ¿Es la franquicia una solución para reestructurar la oferta o, por el contrario, convendrían los puestos independientes?
La reorganización del sector pasa en primer lugar por su profesionalización, por la innovación en los productos y por la calidad y seguridad de los mismos. La gran diferencia entre 2013 y 2015 es que hoy tenemos una Directiva que regula todos estos aspectos y que entrará en vigor en cuestión de meses, por lo que todo aquel que quiera operar en el mercado deberá tener en cuenta estos parámetros o de lo contrario no podrá comercializar sus productos. En este contexto, probablemente, la distribución se re-equilibre entre franquicias, puestos independientes y, sobre todo, estancos.
En cuanto a la realidad internacional del sector, ¿ha seguido la misma tendencia de contracción que en España?
La contracción sufrida en España, aunque en menor grado, ya se vio en otros países hace bastantes años y en absoluto ha sido reflejada en Europa en 2014. De hecho, la situación actual en los principales mercados (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Italia y Holanda, entre otros) es de continuo crecimiento, con una tendencia a la consolidación en el medio plazo. En cualquier caso, el crecimiento del sector pasa por nuevas innovaciones en los productos, que ofrezcan al consumidor alternativas cada vez más atractivas para pasarse del tabaco el cigarrillo electrónico.
En nuestro país, la mayoría de los establecimientos que venden cigarrillos electrónicos son franquiciados, ¿ocurre lo mismo en el extranjero?
En lo que a distribución respecta, es difícil establecer similitudes entre países, ya que cada país presenta un modelo totalmente distinto. La explosión de franquicias vivida en España es difícilmente replicable en otros países, aunque sin duda son un distribuidor legítimo en muchos estados. No obstante, a fecha de hoy y tras la caída del consumo en 2013, los estancos se han convertido en el principal distribuidor de cigarrillos electrónicos.
En su opinión, ¿a qué se debe esta tendencia a la franquicia que existe en España?
Sin duda, el sistema de franquicias permite un acceso rápido y agil al mercado, con una inversión muy moderada. No obstante, se deben extraer conclusiones de la evolución del mercado español, por lo que las futuras franquicias deben tener un plan de negocio detallado a corto, medio y largo plazo, basado en la calidad y seguridad de los productos, con el fin de adaptarse a un mercado de rápida evolución, gran competencia y considerable presión mediática.