
"Las farmacéuticas han acabado con el sector del cigarrillo electrónico. La fuerte campaña mediática emprendida contra nosotros ha hundido las ventas un 85% en el último año, provocando el cierre de 2.800 de las 3.000 tiendas que había el año pasado". Así de contundente se muestra Alejandro Rodríguez, presidente de la Asociación Nacional de Cigarrillos Electrónicos (Ance), que representa los intereses tanto de fabricantes como de distribuidores y que, a título individual, conserva sólo 26 de las 136 tiendas que llego a tener.
El primer local de venta de cigarrillos electrónicos en España se abrió noviembre de 2012, pero no fue hasta mayo de 2013 cuando el sector empezó a despegar, experimentando un boom especialmente durante el verano de ese año, lo que permitió alcanzar una facturación total al cierre del ejercicio de alrededor de 24 millones de euros.
Normativa singular
El problema, en opinión de Alejandro Rodríguez, es que después de que la directiva europea estableciera que el cigarrillo electrónico no es un producto farmacológico, asimilándolo más al tabaco, aunque con una normativa singular, la industria farmacéutica inició una dura batalla mediática de carácter difamatorio.
"El líquido que se usa para vapear con el cigarrillo electrónico tiene los mismos ingredientes que pueda tener un producto para dejar de fumar y en absoluto es peligroso para la salud", dice Rodríguez. Se trata, en concreto de aromas, propilenglicol, glicerina vegetal y nicotina.
Batalla abierta
"Las farmacéuticas nos atacan porque saben que muchos fumadores están sustituyendo el cigarrillo tradicional por este producto y ellos quieren hacer negocio con sus medicamentos contra el tabaco", explica el presidente de Asociación Nacional de Cigarrillo Electrónico.
En España, en marzo de 2014, el Congreso aprobó la nueva regulación del cigarrillo electrónico, que prohibe su consumo en hospitales, colegios, transportes públicos y edificios oficiales, restringiendo su publicidad en horario infantil y firmando por parte del sector un acuerdo de autorregulación con Autocontrol de la Publicidad.
El presidente de Ance recuerda, en cualquier caso, que, frente a los informes médicos pagados por las farmacéuticas, "numerosos estudios internacionales avalan que el cigarrillo electrónico no perjudica a las personas de alrededor, disminuyen el síndrome de abstinencia del fumador y presenta una alternativa al tabaco tradicional que es mil veces más saludable".
Pese a todo, en la asociación de cigarrillos electrónicos están convencidos de que el sector volverá a crecer, al igual que lo ha hecho ya en otros países, como en Italia, donde experimentó una caída parecido y luego creció con fuerza. Y eso por no hablar de Estados Unidos, donde su consumo está muy extendido desde hace ya años. "La cuestión de fondo es que hace falta profesionalización en el mercado. La apertura de una tienda requiere una inversión relativamente pequeña y eso provocó que mucha gente que se quedó en el paro optara por entrar si conocerlo", manifiesta Rodríguez.
La industria tabaquera se plantea su desembarco
Pese a la fuerte caída de las ventas que ha registrado en el último año el sector del cigarrillo electrónico, el presidente de Ance se muestra convencido de que "la industria tabaquera está preparando su desembarco en el mercado", algo que podría ocurrir a lo largo de 2015. "Los fabricantes de cigarrillos ya se han interesado por la maquinaria y por el producto y es sólo cuestión de tiempo que entren, teniendo en cuenta que sus ventas no paran de caer en las últimas décadas en todo el mundo", dice Alejandro Rodríguez.