
Llegaron a España a principios de los años ochenta y entraron en nuestro mercado con aquellas tiendas del Todo a 100. Establecimientos que, con el cambio de moneda, sustituyeron su nombre por el de Todo a 1 euro y que convivirían con aquellos restaurantes de lámparas rojas en sus puertas y rollitos de primavera en sus cartas. Toda la información en la nueva edición de la revista digital Franquicias y Emprendedores.
Ahora, tres décadas después de la llegada de los primeros chinos a España, los hijos y nietos de esos primeros emprendedores apuestan menos por aquellos bazares y locales independientes de hostelería para centrarse en la franquicia. Un modelo de negocio que presume de reducir el riesgo del emprendedor -puesto que el concepto ha sido testado con anterioridad por los propietarios de la red de la franquicia-, de aumentar la rentabilidad del franquiciador -cuantas más unidades tenga la firma, más se conocerá, más atraerá a clientes y más ingresos generará-, y de atraer inversores no siempre de origen nacional.
Inversores que, cada vez más, son chinos, tanto residentes en España como en el gigante asiático. "La rentabilidad y la seguridad que ofrecen las franquicias son tan atractivos que cualquier inversor inteligente valorará", sostiene Beini Qian, gerente de Easy Franch, una consultora especializada en la franquicia y en el asesoramiento a inversores que quieren unirse a este modelo de negocio.
Tras tres años de actividad en España, esta consultora sostiene que el 80 por ciento de sus clientes son asiáticos, que de ellos, el 100 por cien tiene origen chino, y que los sectores más perseguidos por estos inversores tienen que ver sobre todo con la hostelería, la alimentación y la moda -tanto de firmas españolas como de firmas chinas-.
Por sectores
Mientras la entrada de chinos en franquicias de hostelería puede entenderse como una continuación de la experiencia de sus antepasados con los restaurantes de los años ochenta y los noventa en España, su llegada a los supermercados -están presentes en casi todas las cadenas que franquician; Dia, Coviran, Simply y Carrefour, por ejemplo- son dos logros que corresponden a las nuevas generaciones.
Eso sí, no sólo de los residentes en España. Según explica a elEconomista Franquicias y Emprendedores Beini Qian, el perfil del inversor chino que apuesta por la franquicia no es único. De nuestra conversación con esta experta en la franquicia, por un lado, están los ciudadanos chinos que residen en España desde hace años y ven en la franquicia una oportunidad de inversión y autoempleo. Por otra parte, están los inversores con mayor capacidad adquisitiva que entran en la franquicia, pero no forzosamente se ponen al frente de ella en el día a día. Y por último, están los inversores residentes en el gigante asiático que se sienten atraídos por marcas españolas que franquician.
Estos últimos, según Qian, pagan sus inversiones en cash por lo que no les afecta que haya más o menos crédito bancario disponible en el mercado. Además, según la gerente de Easy Franch, "los inversores asiáticos dinamizan el sistema de franquicias en España porque tienen una capacidad de endeudamiento más agresiva que los inversores de otros países".
Aunque en su asesoramiento, el equipo de Beini Qian aconseja a los inversores que se acercan a su consultora apostar por "franquicias consolidadas", Easy Franch estima que en España hay otros sectores que podrían tener un buen desarrollo en el sistema de franquicias como los talleres de reparaciones o las lavanderías, cuyo nicho ya cuenta con algunas marcas franquiciadoras.
Por ciudades, Barcelona sigue siendo la que más atrae a los chinos a la hora de unirse a una de estas redes. Le sigue Madrid y Valencia y a cierta distancia, aunque empezando a despuntar, está Málaga.