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Mejora el entorno para los emprendedores, que todavía no confían en el cambio

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Es tiempo de elecciones. Y, como cada vez que se acerca la hora de votar, la política recupera las ganas de tomarse en serio las peticiones de algunos colectivos que a veces parecen olvidados. Así, no sólo los que están al mando llevan unos meses acordándose de los emprendedores, sino que al otro lado de la barrera, la oposición y los nuevos actores políticos recuerdan los requerimientos de quienes pretenden convertirse en el futuro empresarial español. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Franquicias y Emprendedores

En este sentido, la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, y la secretaria de Estado de Empleo, Engracia Hidalgo, se reunían hace unas semanas con representantes de las organizaciones de autónomos y de la economía social para anunciarles la inminente aprobación de dos normas que fomentarán el emprendimiento, la economía social y una nueva legislación para las sociedades laborales.

Además, Báñez ponía también en valor el buen funcionamiento de la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven del Gobierno, a lo que se le une la decisión de la Comisión Europea de elevar del 1 al 30% la prefinanciación para la Garantía Juvenil en 2015, lo que se traduce en 280 millones de euros.

Buenas vibraciones

Unas buenas vibraciones que comparten los expertos del sector del emprendimiento, más allá de los datos macroeconómicos sobre empleo juvenil. O al menos así se extrae del informe Global Entrepreneurship Monitor, elaborado por Cise y Red Gem España, en colaboración con la Fundación Rafael del Pino. Así, sus autores creen que el ecosistema emprendedor, en general, ha mejorado durante 2014 con respecto al año anterior.

Puntuando sobre un máximo de cinco cada parámetro que determina las condiciones de este entorno, sólo se da el aprobado a la existencia de infraestructuras físicas -con un 3,64- y comerciales y profesionales -con un 3,03-, a los programas gubernamentales -con 2,88 puntos-, a la dinámica del mercado interno -a los que se le da una puntuación de 2,87-, las normas sociales y culturales -con un 2,64-, la educación y formación emprendedora en la etapa pos escolar -con un 2,61- y las políticas gubernamentales con prioridad en el emprendimiento -con un aprobado justo, un 2,5-.

Aunque la valoración que se hace de estas consideraciones pueda parecer poco ambiciosa, lo cierto es que la evolución de todas ellas ha sido positiva, exceptuando la de los programas públicos y el acceso a infraestructuras físicas, que han descendido en 0,17 y 0,27 puntos respectivamente.

Sin embargo, Carlos Blanco, con amplia experiencia en la creación de nuevas empresas e inversor, cree que "aún queda mucho por hacer, en especial en todo lo que significan las diferencias legales y de regulación con respecto a otros emprendedores europeos". Al respecto de esto, el Congreso dio finalmente luz verde a la popular Ley de Fomento de Financiación Empresarial, hace tan sólo un mes, tras muchos meses de negociaciones. Y aunque, sin duda, esto es un paso adelante para el emprendimiento, lo cierto es que parece que nuestros futuros empresarios todavía no lo ven tan claro.

Los datos son rotundos: del total de los jóvenes españoles a los que le gustaría montar un negocio propio, sólo el 1% considera que emprender en nuestro país es fácil. Frente a estos, un 77% opina que se trata de una tarea muy complicada. Un dato nada alentador, al menos en términos de confianza, que se extrae de la II Encuesta Adecco Jóvenes Emprendedores, realizada entre más de 3.000 españoles menores de 30 años. Y estas dificultades contrastan con la ilusión que demuestra el colectivo juvenil español por crear su propio negocio, ya que, según el estudio, un 39,3% de los menores de 30 años preferiría trabajar por cuenta propia. Además, de éstos, el 6,2% lo haría constituyéndose como autónomo, frente al 33,1% que preferiría crear una compañía.

Falta capital

De este modo, la encuesta señala a la falta de capital como el principal inconveniente, causa que frena la iniciativa del 47% de los encuestados. La ausencia de una idea clara que pueda tener éxito y el desconocimiento de los trámites a seguir continúan esta lista, con un 28,2 un 14,4%. Un ranking seguido por cantidad de impuestos a pagar, excesivos en opinión de un 13,7%.

Por el lado contrario, las razones que encuentran estos jóvenes para querer emprender son, la ilusión de hacer algo propio, según el 67% de ellos, seguida por la necesidad de tener independencia personal de un 47% y por la detección de una oportunidad empresarial que podría tener éxito, según un 43,7%.

¿Contradictorio? Quizá no tanto, si se tiene en cuenta, por un lado, que los gobernantes suelen ser optimistas de más, por otro, que el hecho de que el entorno que engloba la creación de nuevas empresas mejore no quiere decir que este se encuentre en su mejor momento y, además, que los últimos en notar los cambios siempre son los emprendedores.

Aumenta su importancia

Por otro lado, la creciente atención que los distintos organismos -públicos y privados- prestan a este colectivo, no hace sino reforzar la idea de que los creadores de nuevas compañías tienen cada vez más importancia en nuestra economía. En este sentido, los concursos y las competiciones copan las iniciativas corporativas de las grandes empresas, las escuelas de negocio y las universidades no dejan de lanzar programas de formación en emprendimiento, y la información económica presta cada vez más atención a este nuevo sector, que cada vez hace más ruido. Y todo esto no puede ser casualidad.

Por su parte, Alejandro Arranz, director del Parque Científico de Madrid -centro que impulsa empresas de nueva creación de base científica-, cree que es necesario que las Administraciones "se crean de verdad que el emprendimiento es algo más que una marca interesante o un valor en alza". Esto supone ahondar en los problemas que les afectan realmente y pasar de la teoría a la acción.

Aún falta por ver si las promesas electorales surten efecto y si la tendencia en cuanto a actividad emprendedora se mantiene a la alza, aunque todo parece indicar que así será. Y, como broche final a la lista de deseos que cumplir antes de que termine 2015, acabar con el exceso de burocracia, que dificulta aún más el laberíntico proceso de constituir una empresa. "Queda mucho por hacer" es la frase más repetida por los emprendedores, inversores, plataformas de financiación alternativa y el resto de actores que componen este ecosistema. Pues bien, pongámonos a ello y dejemos que sean los propios emprendedores quienes dan las buenas noticias.

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