
La Asociación Española de Franquiciadores (AEF) ha acogido en su sede de Madrid un encuentro entre franquiciadores españoles y la consultoría Via Rumania -actual Diagonal Consulting-, que acercó el país europeo a unos empresarios deseosos de continuar ampliando las fronteras de su negocio. Más noticias en el suplemento gratuito elEconomista Franquicias y Emprendedores
El acto, al que también ha acudido Eduardo Abadía, gerente de la AEF, es una oportunidad de dar a conocer las oportunidades empresariales en el país europeo. De este modo, José Miguel Viñals, director general de la compañía, presenta a Rumanía como un destino potencial para la franquicia española, más allá de los estereotipos que muchas veces frenan la llegada de negocios extranjeros.
La compañía opera desde 2007 en Timisoara, la segunda ciudad más grande del país, con el objetivo de atraer inversión española y constituirse allí como su punto de apoyo. El pasado año, Viñals se hizo colaborador de la Asociación Española de Franquicias y en enero de este mismo año, de su homóloga en Rumanía , la ARF. Además, su compromiso personal y el de su empresa por conseguir sinergias entre ambos países, le han valido el primer Consulado Honorario de España en Rumanía .
Más allá de los estereotipos, Viñals presenta un país "que sorprende positivamente a quien llega allí". Porque, aunque bien es cierto que esa imagen preconcebida de ruralidad y pobreza existe, también son importantes los núcleos comerciales y de negocios que hay en las principales ciudades, así como el esfuerzo que se hace por superar la desventaja salarial que tienen con respecto a otros países europeos.
La capacidad adquisitiva mejora
"La renta es entre media y baja, pero también hay mucha economía sumergida que poco a poco sale a la luz, así como transferencias internacionales que hacen los familiares", cuenta Viñals, quien también destaca que la gente suele tener más de un empleo. Además, la dependencia que la economía rumana tiene de la alemana, así como los bajos tipos de interés -en su mínimo histórico-, reflejan un país que confía en su recuperación y la estabilización de lo que fue su particular burbuja inmobiliaria.
En cuanto al sector de la franquicia, la imposibilidad de recavar datos 100% exactos hace que los resultados que presenta la ARF sean más bien estimaciones. Así, se cree que hay unos 400 franquiciadores, la mayoría extranjeros. "No hay datos porque a los rumanos no les gusta pertenecer a asociaciones, les recuerda al comunismo", explica el director general de Via Rumania , quien sin embargo destaca la confianza que se tiene en los organismos de otros países, especialmente en los españoles.
Buena acogida
El potencial que la franquicia española tiene en Rumanía se debe, entre otras cosas, a la buena acogida que nuestro país -y nuestros productos- tiene allí, como el sector de la moda. En este sentido, los productos favoritos son los relacionados con la cosmética, las cafeterías, la industria, el sector agrícola y la minería. En palabras de Viñals, "se están construyendo centros comerciales y renovando los núcleos urbanos, y la franquicia tiene una imagen muy positiva", lo cual invita a los empresarios españoles a explorar el mercado.
Sin ninguna duda, Rumanía se merece la oportunidad que durante años le ha sido negada por parte de los mercados extranjeros, atrapados muchas veces en estereotipos y prejuicios que muestran sólo la parte menos agradable de un país que, como todos, también tiene innumerables cosas buenas. Quizá la mejor de todas sea, precisamente, que todavía queda mucho por hacer allí. Infinitos nichos de mercado en los que hay espacio para empresas internacionales, entre ellas las franquicias españolas, que ya tienen al alcance de su mano la oportunidad de unirse a un socio que les acompañe en su andadura.