Florencia acogió el pasado sábado día 6 la final del Best Franchisee of the World 2014, donde los 15 mejores franquiciados del mundo (finalistas de las ediciones nacionales del certamen) se reunieron con un fin: alzarse como el mejor franquiciado internacional.
Y el elegido fue Jorge Antonio Gómez, cocinero de profesión, que ha abierto en los últimos meses cuatro locales Lizarran (perteneciente a Comess Group) y planea abrir el quinto, mientras da trabajo a una plantilla de 51 personas. Y, por ese esfuerzo, asegura a elEconomista que este premio es "un reconocimiento al trabajo duro del día a día".
A él le siguieron Otthon Centrum, que recibió el segundo premio, y Loja do Condominio, que se quedó con el bronce. Tras ellos llegaron la italiana Dietnatural y la española Interdomicilio, de las hermanas Carolina y Verónica Antón, que representaron a nuestro país junto a La Botica de los Perfumes e Yves Rocher, también entre los candidatos que llegaron a Florencia.
"Concepto que funciona"
Gómez eligió Lizarran porque cree "que es un concepto de negocio que funciona, que es actual y que debido a la crisis es lo que el público necesita". Y se lanzó a abrir la primera sin haber hecho ningún estudio de mercado, por intuición, y no le falló. "Para el primer local de Lizarran pedí un préstamo pyme al Instituto de Crédito Oficial y para abrir el segundo utilicé los recursos propios y las ganancias del primero. Y con lo que me iba dando el primero y el segundo abrí el tercero y así sucesivamente... Ahora con los beneficios de los cuatro voy a abrir el quinto este febrero, posiblemente en Mérida".
Pero no sólo la intuición es importante, sino que además "los locales tienen que estar ubicados donde haya mucho tráfico de público porque quedan muy pocos restaurantes que estén lejos y a los que la gente acuda sólo porque tienen buen producto. Hay que buscar una afluencia de público notable, tener un buen producto, una rotación y que el género sea fresco todos los días". Aunque la mayoría de financiación proviene de los ingresos, Gómez estima que "según la cuenta de explotación y de lo que se ingrese todos los meses, la media es recuperar el dinero invertido en dos años y medio por local".
De padre y abuelos hosteleros, Gómez comenzó su andadura en el mundo empresarial de la mano de la hostelería convencional, y una vez descubierto el sistema de franquicias, apunta algunas de sus ventajas: "Siempre hay un departamento de I+D que está pensando qué hacer, cómo y dónde. Uno de marketing, otro financiero que te ayuda a llevar el negocio, etc. Son muchos departamentos que una persona dedicada a la hostelería convencional no puede permitirse. Además hay unos escandallos y unos ratios que te dan desde la matriz, que si los llevas a cabo la cuenta de resultados es la que tiene que ser, no como en la hostelería convencional que a veces no tenemos ni idea de si ganamos, perdemos o cómo andamos".
Y cuando se le pregunta a la inversa, qué caracterísitcas debe tener un buen franquciado, sus condiciones no distan mucho de las que serían necesarias para cualquier emprendedor: "Hay que trabajar mucho todos los días, durante muchos días y muchas horas; y si no te gusta, es difícil". En definitiva, escuchar lo que la gente demanda, trabajar duro y apostar por Lizarran son una mezcla segura a la hora de trabajar en hostelería.