La cadena de muebles reduce a un tercio la superficie de sus tiendas, la inversión inicial y el canon de entrada de sus franquicias para combatir la crisis y el avance de conceptos 'low cost'.
En tres. Así es como ha dividido La Oca el espacio, el canon de entrada y la inversión total que hasta ahora venía exigiendo a sus franquiciados. En un guiño al autoempleo y una maniobra contra los efectos devastadores que la crisis ha tenido en todos los sectores auxiliares a la industria de la construcción, como el de los muebles y la decoración, La Oca ha decidido apostar por formatos más pequeños que requieren de un menor desembolso económico.
En concreto, esta compañía -nacida en 1987 y con 26 locales operativos, de los que 24 son franquicias- permite ahora que sus franquiciados abran tiendas con su marca en locales de 180 metros cuadrados -frente a los 600 que exigía antes- con una inversión total de 55.000 euros, frente a los 178.000 euros que demandaba anteriormente.
Unos cambios que según ha explicado a elEconomista Franquicias y Emprendedores Javier Santos, director de Expansión de La Oca no son ni aleatorios ni se hacen por capricho. "Sabemos que dada la situación económica del país y de nuestro sector, nuestras posibilidades de abrir más tiendas son mayores si atomizamos el concepto", sotiene.
Un concepto con el que esta compañía pretende acelerar su llegada a provincias españolas en las que aún no está y que se han convertido en la prioridad de su plan de expansión.
"Barcelona, Bilbao y Sevilla son las tres ciudades en las que no estamos y en las que nos gustaría estar", aclara Santos. Es más, la voluntad de la firma de llegar a cualquiera de esas tres localizaciones es tal que Santos confía en que al menos una de las dos aperturas previstas para este año se materialice en uno de esos tres enclaves.
De no ser así, La Oca lo seguirá intentando en las siete nuevas tiendas -todas ellas en régimen de franquicia- con las que quiere aumentar su red de locales en España en 2015. Un año en el que la compañía podría dar su primer salto internacional en territorio latinoamericano.
Perú y Argentina: oportunidades de expansión
"Estamos estudiando la posibilidad de abrir mercados en Latinoamérica con contratos de máster franquicia y de hecho ya tenemos un asesor con quien estamos trabajando para implantar la firma en Perú y Argentina", sostiene un Santos que, sin embargo, no ve, al menos de momento, opciones de expansión en el Viejo Continente.
"En Europa, no vemos posibilidades reales para hacer una eventual expansión de La Oca dada la competencia de compañías de distintos países como de Francia o de Italia".
Países en los que, además y al igual que ha ocurrido en España, también se ha abierto hueco el gigante sueco Ikea. Un gigante que según Santos ha contribuido a que el sector de los muebles y la decoración, como el de todos los vinculados a la industria de la construcción esté "tocadísimo".
Calles: la opción comercial de preferencia
Razón de más para que La Oca haya apostado por un nuevo concepto que, según Santos, le "abre el abanico de sus localizaciones". Entre las múltiples opciones comerciales, La Oca prefiere calles a centros comerciales, que no estén en localizaciones caras ya que, según el directivo, las tiendas de esta marca son de "destino, a las que el cliente acude de forma espresa".
En este nuevo concepto, La Oca también pretende hacer uso de las posibilidades que le brinda la tecnología. "Seguimos pensando que el trato con el cliente es fundamental y que la mejor forma de vender tu producto, al menos cuando se trata de muebles y de artículos de decoración, es enseñárselo a tu cliente.
Sin embargo, las nuevas tecnologías nos dan la opción de poder enseñarles justamente productos que podrían comprar y que no forzosamente tenemos que tener expuestos físicamente".
En un análisis del sector y del consumo que este lleva asociado, Santos asegura que "en términos generales, el sector no volverá a lo que era al menos antes de unos años, antes de que la construcción vuelva a tirar de él".
Y es que aunque las perspectivas no son malas porque, según Santos, "en el sector se tiene el convencimiento de que no se puede caer más bajo", el efecto de los operadores más baratos junto a la atonía consumista impuesta por la crisis han conseguido que en la actualidad, en nuestro país operen únicamente alrededor de 25 cadenas con tiendas especializadas en la venta de mobiliario que en conjunto cuentan con poco más de un millar de establecimientos.
A estos datos, facilitados por la propia compañía, se suman los que revelan que el 60 por ciento de los puntos de venta de muebles y artículos de decoración se concentran en cuatro comunidades autónomas: Cataluña, Comunidad Valenciana, Andalucía y Madrid.
Madrid es precisamente, junto a Alicante, la primera ciudad que acogió una tienda de La Oca, cuya expansión comenzó en 1995 en Valencia y Zaragoza, donde Antonio Fandos, uno de sus socios actuales, instaló la tienda de Paseo Sagasti en la capital aragonesa.
En el año 2000, ya con una red amplia, La Oca cambió la cesión de la marca a contratos de franquicia, a la vez que se creó una sociedad anónima. En marzo de 2001, la central de la compañía se trasladó precisamente a la capital de Aragón.
Ahora, pese a los planes de siete aperturas previstas en 2015 y de sos en los meses que quedan para que acabe 2014, Santos sostiene que "La Oca no es un negocio maxivo de tiendas. Es casi casi de una tienda por ciudad". Tiendas en las que la firma pretende seguir combinando los artículos de regalo y de menaje con su sección de muebles, buscando "captar la atención del cliente y permitiendo su recorrido por todo el local".