Pymes y Emprendedores

Los españoles no creen tener oportunidades para emprender

  • La principal condición que obstaculiza el emprendimiento es la financiación
Foto: Dreamstime

En relación a la percepción de oportunidades de negocio por parte de los emprendedores, los españoles se sitúan a la cola en el ranking de los países con economías de ingresos altos, según el Informe GEM España 2018-2019. De esta forma, tendría un porcentaje del 29% frente a países como Suecia (81,6%), Arabia Saudita (76,3%) o Estados Unidos (69,8%). Asimismo, también se encuentra por debajo de la media de la Unión Europea situada en el 45,8%.

Asimismo, el informe también destaca la percepción de oportunidades por comunidades autónomas. Madrid, Cataluña y Andalucía puntúan las que mejor, mientras que Extremadura, Asturias y Castilla y León están a la cola. En conocimientos y habilidades para emprender, Cataluña, Andalucía y Cantabria lideran la clasificación, y por debajo encontramos la Comunidad Valenciana, Asturias y el País Vasco.

Percepciones del entorno

Tal y como señalan en el informe, es un dato preocupante, ya que sin percibir buenas oportunidades de negocio difícilmente habrá personas dispuestas a emprender. Además, en las economías de bajos ingresos un 50% de las personas considera que existen buenas oportunidades para emprender, un porcentaje que baja hasta el 40% en las economías de ingresos medios.

Esto puede deberse a que el 63% de los expertos españoles entrevistados en dicho informe destaca que la principal condición que ha obstaculizado la actividad emprendedora es la falta de financiación. Por el contrario, respecto a las condiciones más favorables para emprender en España, el 48,1% de los expertos entrevistados reconoce el papel que tiene el mercado laboral para impulsar el desarrollo de iniciativas emprendedoras.

Por ello, los expertos entrevistados en el informe recomiendan: trabajar en el diseño de políticas gubernamentales que fomenten la actividad emprendedora a través de la reducción de costes, cargas fiscales y burocracia; continuar apoyando la financiación y fortalecer los valores/competencias emprendedoras en los programas formativos impartidos en los diversos niveles educativos.

En cuanto a la sensación de la población, tan solo un 29,1% considera que el mercado ofrece buenas oportunidades de negocio, un dato peor que el del año pasado y que se sitúa muy por debajo de los países de nuestro entorno.

En España, el 43% no emprende por miedo al fracaso, una cifra muy superior a la de países de nuestro entorno

Una lectura parecida ofrece el indicador de miedo al fracaso, que es visto como un importante obstáculo para emprender por el 43% de la población española. Un valor que se sitúa muy por encima de los países de nuestro entorno. Por el contrario, hasta un 43,1% de la población española considera que posee las capacidades y habilidades necesarias para emprender, situándose por encima de la media europea.

Asimismo, en relación a la cultura, la población española considera que España no tiene una cultura emprendedora. Tan solo un 53,1% de la población considera que el emprendimiento es una opción profesional deseable, y tan solo un 49,8% valora que el estatus social y económico de los emprendedores es positivo.

De acuerdo con el indicador de actividad emprendedora total -TEA, por sus siglas en inglés- registrado en el último año, la participación en negocios con una existencia de hasta 42 meses representó el 6,4% de la población española de 18 a 64 años. A pesar de la desaceleración económica, estos resultados suponen un ligero aumento de los niveles de actividad emprendedora en fase inicial con respecto a 2017, año en que el indicador TEA alcanzó el 6,2%.

Perfil emprendedor

La población emprendedora en el último año se caracterizó, en primer lugar, porque el 70,7% de esta emprendió motivada por una oportunidad de negocio frente al 22,6% que lo hizo motivada por una necesidad derivada de la falta de alternativas laborales.

En segundo lugar, la edad media de las personas emprendedoras identificadas dentro de la fase inicial del proceso emprendedor fue de 42,2 años, siendo el subconjunto de personas de entre 35 a 44 años el que tuvo mayor peso relativo (30,1% sobre el total).

Aunque la brecha de género se ha estrechado, sigue habiendo más porcentaje de hombres emprendedores que de mujeres

Asimismo, el tramo de edad de menor peso relativo fue el de 55 a 65 años en el caso de la población emprendedora potencial (7,5%) y el de 18 a 24 años en el caso de la población emprendedora en fase inicial (5,4%). En tercer lugar, el género es otro de los aspectos sociodemográficos que marca la diferencia dentro de la población emprendedora. La participación masculina en la puesta en marcha o propiedad y gestión de negocios en fase inicial fue, comparativamente, mayor que la femenina (53,1% frente al 46,9%), aunque cabe destacar que la diferencia de género ha vuelto a estrecharse con respecto a años anteriores.

En cuarto lugar, un poco más de la mitad del indicador TEA correspondió a personas con un nivel de educación superior, incluyendo grado o postgrado (53,2%), así como también más de la mitad correspondió a personas que tenían formación específica para emprender (52,6%).

Por último, el informe destaca el escaso desarrollo del intraemprendimiento en las empresas. Tan solo el 1,7% de la población española ha manifestado haber participado o liderado la puesta en marcha de ideas e iniciativas emprendedoras para las organizaciones en las que han desempeñado su trabajo en los últimos tres años.

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