Adiós a las camisas con mangas demasiado largas, los jerseys estrechos y los pantalones que se quedan cortos.
La marca francesa de prêt-à-porter masculino Celio ha encontrado la solución para evitar los errores de tallas cometidos por esas madres, esposas, novias y amigas -abnegadas, pero no siempre buenas fisionomistas- que compran habitualmente la ropa a los hombres.
Y el remedio se llama Shoppenboys, un grupo de mozos que se pasean por las tiendas vestidos únicamente con unos calzoncillos largos, en los que un número indica su talla. Nada de top models de revista o pasarela: los hay de 19 a 63 años y de todas las constituciones físicas: altos, bajos, rellenitos, gordos, flacos y esmirriados.
El hombre ideal
Las clientas sólo tienen que seleccionar al que más se asemeja a "su" hombre para que las acompañe en sus compras y se pruebe la ropa elegida.
La troupe ha prestado ya sus servicios en dos ocasiones, en establecimientos Celio de Niza y París, con un rotundo éxito, y el próximo 2 de diciembre los maniquíes vivientes estarán disponibles en la tienda de los Campos Elíseos de la capital francesa, para dar el pistoletazo de salida a la campaña navideña.
"¡Es genial! Así se aprecia mucho mejor cómo le quedará al hombre la ropa, cómo está cortada, algo que es difícil de ver cuando simplemente está colgada en una percha", explica una clienta satisfecha.
Impresiones equivocadas
"La idea se me ocurrió cuando mi novia me regaló una camisa cuyas mangas eran demasiado cortas", cuenta por su parte el fundador de los Shoppenboys, Romain Martin, en la página de Internet de la que se han dotado, www.shoppenboys.com. "Hablando con mis amigos, me di cuenta de que somos muchos los que nos dejamos guiar por las mujeres en las decisiones de vestuario y de que mi novia no era la única que se equivocaba de talla", dice Martin.
En realidad, se trata del último golpe de Nouveau Jour, una agencia parisiense especialista en buzz marketing o lo que es lo mismo, dar notoriedad a una marca utilizando medios alternativos a los de la publicidad tradicional. Con motivo de la inauguración de una nueva tienda de su cadena, su cliente, Celio, quería algún dispositivo que hiciera hablar de ella para atraer al público al establecimiento.
La agencia constató que la mitad de los clientes de Celio eran mujeres y concibió una operación original y lúdica basándose en los Shoppenboys. "La idea nos pareció divertida, pero no pensábamos que suscitaría tal entusiasmo", ha explicado Bertrand Jouvenot, responsable de Marketing de Celio.
Efectivamente, la campaña Shoppenboys ha permitido que se hable de ellos en numerosos artículos de prensa y programas de televisión y radio, en Francia y fuera de ella. Aunque estos modelos de lencería masculina sólo perciben por sus servicios una pequeña compensación y algunos regalos, más de 600 hombres han enviado ya sus candidaturas a través de Internet para ser "maniquíes por un día". "Esto se debe al gusto por el desafío y a pasar una buena aventura entre amigos", dice Romain Martin, promotor de la idea.