Pymes y Emprendedores

La historia de Carlos Sainz 'corporeision'

Atrás queda aquel grito desgarrado de Luis Moya: "Trata de arrancarlo Carlos, por Dios" en los últimos metros del RAC de Inglaterra de 1998, pero aún escuece un poco - como es lógico- recordar ese momento al que ha sido el mejor piloto español de rallys de todos los tiempos. Desde entonces ha llovido mucho y ahora Carlos Sainz está involucrado en el proyecto Dakar, que el año próximo recorrerá parte de América del Sur.

"De momento voy a seguir en el equipo Wolkswagen, pero no sé por cuanto tiempo más", dice Sainz con nostalgia y el aspecto de quien ya tiene tomada una decisión. Y es que, en el tiempo que lleva apartado del World Rally Car, el piloto español ha venido desarrollando una faceta empresarial que le ha llevado a invertir en distintos negocios.

Tal vez el principal, y por el que es más conocido, es por sus dos circuitos de karts en Madrid. Como el mismo cuenta a elEconomista, "hemos dado un paso más en los circuitos indoor europeos, porque nuestras instalaciones no sólo son especiales por el modelo de circuito, sino por la calidad del mismo". En el momento actual la mitad del negocio va dirigido a empresas "porque vimos que no era viable económicamente si sólo dábamos servicio al público", reconoce el campeón de rallys. Y en este sentido hacen programas a la medida de las compañías. Aunque parezca increíble, los karts no son lo más costoso del negocio -unos 6.000 euros cada uno-, sino todos los aspectos relacionados con el asfalto del circuito, los sistemas de seguridad, cronometraje, etcétera.

Como explica Borja Ortiz-Echagüe, director general de los Carlos Sainz Center, "ofrecemos dos modalidades: por equipos o individual, con lo que pretendemos fomentar la camaradería y el espíritu de lucha conjunta de los miembros de cada equipo. Hemos visto que esto es muy apreciado por las empresas para gestionar y mejorar las relaciones con y entre los empleados".

Contratar esta actividad cuesta unos 1.800 euros para 40 o 50 personas. A eso hay que añadir 1.000 euros más por el alquiler de la sala, si se quieren dar conferencias, y sumarle el catering -que lo ofrecen las empresas Vait y La Leyenda, dependiendo de que el centro elegido sea el de Majadahonda o de la calle Sepúlveda, en Madrid capital. Como acicate añadido también se puede pedir que el piloto dé una conferencia o comparta algunas horas con sus empleados pero, en ese caso, Sainz cobra las horas aparte.

Del Tuareg al Pegaso

Y de los circuitos, al vino. Sainz tembién es accionista de varios restaurantes y el dueño de la cadena de gimnasios Reebock Sport Club. Pero uno de los proyectos en los que está más ilusionado es el que comparte con el viticultor Telmo Rodríguez: un viñedo en Cebreros (Ávila) que ya ha producido siete añadas de un vino tinto de uva garnacha llamado Pegaso, como no podía ser de otro modo.

Este pueblo abulense alcanzó notoriedad por ser el lugar donde nació Adolfo Suárez , pero ya antes tenía fama por ser "la villa del buen vino". Lo malo fue que antes de que llegara el boom de los vinos a España, Cebreros ya se había descolgado del pelotón de los productores y la mayoría de sus viñas estaban podridas, inservibles y abandonadas. Pero no para todo el mundo. Como explica Telmo Rodríguez, "la zona era conocida a principios del siglo XX por su capacidad de mejorar añadas poco maduras en la Rioja".

Sainz, que tiene una finca en la carretera que une este pueblo abulense con otro de la provincia de Madrid, San Martín de Valdeiglesias, quería montar una bodega y vió que en la parte alta del pueblo, llamada Arrebatacapas porque el viento que sopla deja el terreno acotado en taludes, podría dar resultado. Fue así como empezó a comprar algunos viñedos con la coincidencia de que Telmo Rodríguez estaba haciendo lo mismo. "Por eso llamé a Carlos", dice Rodríguez y le expuse mi proyecto. Nos estábamos haciendo la competencia y no lo sabíamos (ríe).

En 1999 comenzó la recolección de las primeras uvas garnachas y la obtención del primer vino que bautizaron con el nombre de Pegaso. Desde entonces, han cultivado siempre en suelos de pizarra y han obtenido seis añadas (la última 2006) de textura, olor y sabor más que notables. "Son 8 hectáreas, continúa, que mimamos mucho, aunque no tuvimos bodega propia hasta hace dos años. Está situada en una finca emblemática de la zona de "la piñonera". Producen 5.000 botellas de tinto, pero esperan alcanzar las 17.000 en este mismo año.

"Ahora estamos intentando plantar vides en terreno granítico que nos darán otros caldos", concluye Rodríguez. El vino Pegaso Barrancos de Pizarra es el único proyecto de la compañía de vinos Telmo Rodríguez en el que colabora un socio externo, en este caso Carlos Sainz. Eso lo dice todo.

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