¿Se plantea tener hijos próximamente? ¿Cómo concilia su vida laboral y el cuidado de su familia? ¿Le queda tiempo para ocuparse de su casa después del trabajo? Éstas y otras tantas preguntas son cuestiones que atañen a la vida personal de los individuos, repercutiendo por tanto en su vida laboral; preguntas que -parece resultar casi obvio- se les formulan a ellas pero resultan forzadas y fuera de contexto cuando se inquiere a ellos.
elEconomista ha contactado con ocho directivos de empresas españolas para ver qué opinan ellos y la mayoría parece aceptar, con la resignación de quien no puede evitarlo, que su mujer dedique más tiempo a las labores familiares a pesar de que todos parecen ser conscientes de la injusticia del hecho y lo achacan a un problema de índole cultural.
"En mi caso, el peso de los críos lo lleva absolutamente mi mujer, porque tú estás viajando durante la semana y los críos tienen tutorías con los profes, deberes... El peso diario de lidiar con los críos lo lleva la mujer sola", afirma Manuel Solís, director general de Manpower. "Por lo que yo veo -continúa-, hay mujeres que siguen trabajando doblemente, por lo que no sé si hay que hacer el día de la mujer trabajadora o un monumento".
La histórica desigualdad que ha aquejado el espectro femenino de la sociedad ha propiciado diversas corrientes ideológicas en favor de la llamada "igualdad de género", así como la celebración del Día de la Mujer Trabajadora, fecha que hay quien considera pertinente por la función de recuerdo que ejerce, y hay quien considera trasnochada.
Además, la crisis tampoco rema a favor de esta conciliación entre hombre y mujer en el reparto de las labores domésticas y el cuidado de la familia. Aunque bien es cierto que la recesión ha propiciado el incremento del número de amas de casa que han abandonado sus labores no remuneradas para lanzarse al mercado laboral, todavía existe un abismo entre el número de mujeres que compatibilizan su jornada a tiempo parcial con sus responsabilidades familiares.
Según el VII Informe sobre el perfil de la mujer trabajadora, elaborado por la Fundación Adecco, por cada 26,3 mujeres que combinan su jornada reducida con la atención a miembros de su familia, tan sólo un hombre se encuentra en esta misma situación. Únicamente 629.300 hombres están ocupados a tiempo parcial frente a las 1.969.400 mujeres.
Entonces, ¿en qué situación sigue estando la mujer respecto a eso que se conoce como la conciliación laboral? ¿Persiste en el imaginario social la idea de que es la mujer quien debe llevar las riendas del hogar? ¿Qué papel tienen las empresas en todo esto?
Hay quien piensa que estos cánones sociales los refuerzan quienes salen menos peor parados, es decir, los hombres. ¿Qué opinan ellos? Sergio Elizalde, director general de Hero, asegura que intenta "estar en casa todo lo que puedo y no siempre puedo todo lo que me gustaría". Afirma que cada familia hace las cosas a su modo y en su caso se esfuerza por dedicar el fin de semana por completo a su familia, obligándose también a hacer algo con sus hijos entre semana. "La mujer siempre dedica más tiempo a los niños y es también la que quiere estar más tiempo con ellos, probablemente sea algo intrínseco", explica Elizalde.
Aún parece que la igualdad reclamada desde las instituciones está lejos de calar en el común de los mortales. Según el Eurobarómetro, un 45 por ciento de los españoles creen que los empleadores estiman como el hecho más importante a la hora de contratar a una mujer frente a un hombre que ésta tenga hijos -porcentaje que a nivel europeo crece hasta los 49 puntos-, y sólo un 32 por ciento considera el nivel de cualificación académica como primer aspecto a tener en cuenta.
Sin embargo, tan sólo un 9 por ciento de los encuestados cree que, si se trata de emplear a un hombre, tener hijos le afectará a la hora de ser contratado, mientras que el principal aspecto a tener en cuenta a la hora de contratar a ellos se piensa que es el nivel de cualificación académica, afirmado por un 45 por ciento.
Por su parte, Iñaki Arrola, fundador de Coches.com y padre de tres hijos, afirma que "cuando nació la mayor trabajaba mucho y mi mujer me dijo que me organizara otro horario, y si eso va a horas difíciles hay que hacerlo". En definitiva, para Arrola es un tema de organización: "Nos montamos excusas en nuestra vida para decir no puedo cuando es no quiero", idea que secunda Francisco Valencia, director de gobierno corporativo de Línea Directa.
"Lo primero es llegar a ser dueño de tu tiempo para poder hacer el reparto. No hay trabajos de unos y de otros. Decir "he ayudado a mi mujer" no es el enfoque. El problema de la conciliación no es tanto la empresa como la persona y su disposición", subraya Arrola.
Rafael Paulet, presidente de IN2, entidad ganadora del primer Premio Empresa Flexible en 2009, afirma que, aunque viaja mucho, "cuando estás en casa tienes que hacer tu parte". "A mí no me han preguntado nunca si tenía que compatibilizar vida familiar y laboral", apostilla.
Paulet reivindica la filosofía empresarial de los objetivos: "La empresa tiene que tener una orientación al presupuesto pero también al objetivo. Ser flexibles no quiere decir no cumplir los objetivos de la empresa. La flexibilidad no es un derecho, es una consecuencia de la manera en que se hacen las cosas".
María Sánchez-Arjona, presidenta de la Fundación Mujer, Trabajo y Familia, expone que el simple cambio de nomenclatura deconciliación a flexibilidad ya supone un avance en la causa que su fundación defiende. "Hemos notado que las empresas se han vuelto más flexibles y algunas han empezado a medir en cuanto a resultados y no tanto horas de trabajo.Las empresas que han hecho esos cambios es porque han medido datos. Los líderes de equipo buscan más allá de la mera presencia". Para muchos, el teletrabajo es una de las alternativas a la conciliación y una práctica cada vez más extendida. Fernando Maudo, director general de Vente-Privèe para España, pese a considerarlo "una pequeña esclavitud", asegura que la posibilidad de estar conectado desde cualquier parte ha facilitado enormemente su vida familiar.
Baja por paternidad
Uno de los mayores jalones en esta lucha por la igualdad, redefinida ahora a flexibilización, es la polémica baja parental, principal causa de la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción (PPIINA). Belén Milán, miembro de la organización, explica que la propuesta de ley que consiguieron llevar al Congreso propone principalmente permisos iguales para los dos. Seis semanas obligatorias para ambos y ampliar con diez más opcionales. Es decir, el método vigente pero con alternancias entre el padre y la madre.
Milán señala el caso de Islandia, donde se probó con éxito y asegura que se está perdiendo "un PIB increíble de mujeres formadas que no tienen trabajo y no estén siendo contratadas. Es absurdo que ese trabajo potencial no se amortice en tiempos de crisis". En cualquier caso, parece ser que la polémica polvareda que levanta el Día de la Mujer Trabajadora va a seguir repitiéndose. Las opiniones divergen sobre la necesidad o no de conmemorar este día. Elizalde considera que "celebrar el día de la mujer trabajadora es una chorrada y una discriminación. Hoy vas a la universidad y hay más mujeres que hombres". Y diametralmente enfrentado, Maudo defiende la importancia de "destacar el papel de la mujer trabajadora porque todavía sigo pensando que hay muchas mujeres que tienen dos trabajos (en la casa y fuera). El papel de esa mujer aún no está reconocido".
Y a mitad de camino de los anteriores se encuentra el argumento de Iñaki Arrola, quien esgrime que le gustan "estas cosas como homenaje pero no como reivindicación. Cuando reivindicas algo es porquecrees que está muy mal".
Queda claro que el campo de esta batalla no es tanto las butacas parlamentarias ni los despachos institucionales, sino las mentes.