
El ritmo de crecimiento de las nuevas tecnologías es directamente proporcional al número de puestos de trabajo que generan. Pero si estrechamos un poco más el cerco refiriéndonos a las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), el crecimiento de su repercusión en el entorno laboral se incrementa en esta sociedad de la información.
El potencial para la generación de empleo de este sector tiene unas magníficas expectativas, propias del porcentaje del PIB que aporta a la economía española -7 por ciento-. Sin embargo, este potencial parece no exprimirse al máximo. "Únicamente el seis por ciento de los parados tiene conocimientos de TIC", afirma Alfonso Arbaiza, director general de Fundetec.
Una parte importante de este problema viene de atajarse desde los centros académicos, pero otro gran foco del problema aparece entre los llamados inmigrantes digitales que suponen los mayores de 45 años, un grueso importante de la población desempleada. "Tenemos claro que en España hay un problema de formación. Si la gente no se recicla acaban no sabiendo usar ni siquiera una caja registradora", apostilla Arbaiza, quien subraya que la tecnología se ha convertido en una herramienta transversal de toda empresa. "Incluso los artesanos necesitan servirse de una página web" para dar proyección a su trabajo.
Y no es sólo la oportunidad desprovechada que supone este sector para rebajar el paro, sino que el futuro plantea una demanda de mano de obra cualificada en estos términos que "no vamos a ser capaces de asumir".
El modelo de Davos
Durante la pasada cumbre de Davos se puso sobre la mesa un proyecto en esta línea en el que el modelo común de competencias digitales constituyó un pilar importante en el debate sobre la generación de empleo. De esta manera, los certificados que avalan los conocimientos en una materia o herramienta determinada serían útiles en cualquier parte de la Unión. Es por ello que Arbaiza considera que "no tiene sentido que si en Europa se trabaja en un modelo, en España se hagan diecisiete. Es como si cada comunidad autónoma emitiese un carné de conducir diferente".
Dada la situación de crisis actual aún no es tan urgente la necesidad de mano de obra cualificada en nuevas tecnologías, aunque bien es cierto que en un futuro exento de recisión y con pleno crecimiento, la demanda de este tipo de empleos no sólo aumentará sino que aparecerán empleos hasta entonces inexistentes.
"Tenemos que remodelar los euros gastados en formación y reconvertir los modelos para casar oferta y demanda". De lo contrario, Arbaiza aseguró que nos podríamos ver obligados a importar trabajadores como pasó en Portugal con la demanda de médicos españoles cualificados.