Los animales tienen muchas cosas que enseñarnos, no sólo a nivel personal, sino también en el campo de los negocios. Y es que el coaching con caballos es una de las herramientas que emplean algunas empresas a la hora de desarrollar y potenciar las habilidades de su plantilla. Es el caso de Bluespace, empresa de alquiler de trasteros, que ha ofrecido a sus trabajadores la posibilidad de realizar un programa que ofrece una experiencia con caballos.
Silvia Raspall, directora de recursos humanos de la compañía, afirma que no es la primera vez que realizan este curso en la empresa. "Hace dos años realizamos la misma actividad con los directores de área y nos pareció muy interesante porque aparte de ser muy vivencial, los caballos reflejan los puntos fuertes y las áreas de mejora de los trabajadores", explica.
La directiva de recursos humanos aclara que comenzaron a organizar estos cursos dentro de un programa formado por cinco módulos.
"Empezamos a ofrecerlos primero enfocados a los directores de área, luego con mandos intermedios, y este año lo hemos incorporado dentro de un programa de desarrollo de liderazgo hecho a medida para las personas que asumen nuevas responsabilidades, o las que pensamos que tienen potencial de desarrollo", explica.
Sonia Paredes, trabajadora y alumna del curso, ha expresado que uno de los objetivos del curso "era ver reflejado cómo somos a la hora de liderar". Jaime Rodríguez es otro de los alumnos que tuvo la oportunidad de ejecutar la actividad. Así nos la resume: "Nos dieron formación teórica y realizamos ejercicios prácticos. La idea era sacar de la experiencia conclusiones sobre nuestra forma de liderar equipos". explica.
Una actividad recomendada
Ambos trabajadores han calificado el curso como una experiencia enriquecedora. No obstante, Sonia Paredes reconoce que en un principio realizó el curso con recelo: "En un principio no me convencía, pero tras el curso lo considero una experiencia totalmente recomendable, muy positiva y motivadora que a nivel empresa funciona al cien por cien y a nivel personal es increíble lo que llegas a aprender".
Guiar al animal para que realizase un recorrido o hacer que se moviese sin tocarlo fueron algunos de los ejercicios que se pusieron en práctica en la jornada.
"A la hora de llevar el caballo, cada uno lo hacía de una forma: unos ejercían más fuerza y tiraban de él; otros lo hacían con más confianza, otros gratificaban demasiado al animal cuando el resultado no había sido el esperado, y todo eso se analizaba después", explica Rodríguez.
"La experiencia nos hizo reflexionar a todos sobre nuestros comportamientos y ha sido muy interesante para mejorar nuestra forma de relacionarnos, que además, se corresponde con la parte más importante de las empresas", añade Paredes.
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