Pymes y Emprendedores

Las altas de los extranjeros compensan la caída del número de autónomos en España

Las cifras registradas por el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (Reta) siguen ofreciendo una visión negativa de la realidad económica de nuestro país.

Durante los ochos primeros meses de 2011, la cifra de trabajadores por cuenta propia que emprendieron un negocio creció en un 9,1% respecto al mismo periodo de 2010. Sin embargo, esta esperanzadora cifra la desmorona su contendiente más próxima, la de las bajas. La diferencia entre una y otra da como resultado un decrecimiento de 10.478 autónomos en lo que va de año.

La nota positiva a este respecto la aporta el autónomo extranjero. Mientras el conjunto del Reta sumó en el primer semestre 6.367 nuevas altas, los emprendedores extranjeros lo hicieron en 9.546 según la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (Ata), de lo que dicha entidad deduce que "es el colectivo de autónomos extranjeros el que arrastra al total a signos positivos". Pero, ¿podemos considerar esta afirmación totalmente acertada? ¿A qué se debe las divergencias entre el autónomo oriundo y el foráneo? ¿En qué difiere la forma de hacer negocios de uno y otro?

Las opiniones respecto al tema son diversas. Agustín González Villalba, director general de la Federación Española de Autónomos (Ceat), afirma estar de acuerdo con que son los extranjeros quienes "tiran del carro" y señala que este "alza del extranjero resulta muy positiva por generar riqueza y empleo en nuestro país". No piensa así Sebastián Reyna, secretario general de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (Upta). Para él, pese a que el emprendedor extranjero representa un cambio cuantitativo, en valores absolutos "no es un cambio cualitativo del volumen global".

Al margen de que sea el autónomo extranjero quien marque o no las tendencias en las cifras del Reta, es obvio que cuentan con un enorme potencial que debe fomentarse y al que no debemos perder de vista.

Españoles versus extranjeros

Reyna afirma que el concepto de "extranjero autónomo no se ha potenciado por la idea de que viene y se va con su dinero". Apunta que la evolución del extranjero se debe a una mayor resistencia del negocio y a su carácter más emprendedor, unos factores motivados, no por una naturaleza especial, sino porque cuentan con "un punto de partidad más reducido; mientras que el español busca mejorar, el inmigrante asume más riesgo y sacrificio".

Por su parte, el director general de Ceat aporta una visión algo más sociológica. Para él, "el carácter latino del español, falto de espíritu emprendedor", es un verdadero lastre. Asimismo, atribuye cierta responsabilidad pública. "Como expresidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios -explica- creo que debe fomentarse desde la escuela una actitud emprendedora, así como apoyarla con otro tipo de formación, incentivos fiscales, facilidades financieras...etc".

En cuanto al nicho de mercado a explotar, el extranjero sigue apostando por el comercio, la hostelería y la construcción. Las dos primeras actividades suponen, según ATA, tres de cada cuatro nuevas altas extranjeras mientras que la construcción sigue experimentando un tibio descenso.

Sebastián Reyna aduce que el estereotipo del comercio étnico tan sólo consiste en una especie de iniciación que evoluciona hacia una ampliación de su público. Ejemplifica con el caso de los famosos kebabs en nuestro país, algo que empezó como consumo exclusivo extranjero y que poco a poco ha ido "captando progresivamente al mercado español".

La preponderancia china

Pero si hay alguien que lleva la voz cantante del sector extranjero es la comunidad china.

Suponen una de cada cuatro nuevas altas extranjeras al Reta y representaron durante el primer semestre el 16,6% del emprendedor foráneo. Al escuchar a los expertos en el sector, observamos que el mitificado carácter laborioso del inmigrante chino es más realidad que ficción.

Agustín González afirma que "los chinos son muy disciplinados, una de las cualidades elementales del emprendedor. En eso coinciden con los alemanes, a diferencia del carácter latino" al que atribuye una esencia más comercial que laboriosa.

"Lo del chino no es un mito -declara tajante Reyna-. Cuenta con una capacidad de trabajo muy grande, unidad familiar sin descuidar la escolarización y un aprovechamiento del horario con toda la legalidad".

No es de extrañar, por tanto, que la nacionalidad china busque cada vez más ampliar horizontes en nuestro país.

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