El teletrabajo reduce los costes y aumenta la productividad. Así lo dice un estudio de la Cámara de Comercio de Navarra, que cifra el ahorro anual para la empresa por teletrabajador en 1.200 euros y el incremento de la productividad en un 20 por ciento. Al ahorro económico hay que sumar el de tiempo: 216 horas al año en desplazamientos. Además, facilita la conciliación y la flexibilidad.
En España, el número de trabajadores bajo esta fórmula está cuantificado en un 4,9 por ciento frente a niveles del 22 y el 26 por ciento en Finlandia y Holanda, respectivamente. Ahora bien, ¿cuántas empresas plantean a sus empleados este sistema en España? Según el informe sobre políticas de equilibrio de la vida profesional y personal en España Flexímetro 2010, elaborado por CVA, en 2009 era del 47 por ciento y en 2010 fue del 82 por ciento. Por tamaño de empresa, el 98 por ciento de las de más de 250 trabajadores; el 85 por ciento de las que tienen entre 50 y 250 y el 64 por ciento de las que tienen menos de 50 trabajadores. Por sectores, aquéllos que cuentan con redes importantes de comerciales o que se dedican al desarrollo tecnológico, son los que más aplican este sistema.
Falta de regulación
Recientemente, el pleno del Congreso de los Diputados rechazó la propuesta de regular el teletrabajo. De momento, esta modalidad laboral sólo está recogida en el artículo 13 del Estatuto de los Trabajadores. Así, la puesta en marcha de este sistema "obliga a los directivos de esa compañía a marcar una normativa", explica Ignacio Buqueras, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de Horarios de los Españoles. El teletrabajo es bueno aplicarlo durante 3 ó 4 días en semana, "es conveniente que haya una reunión para que no se produzca la pérdida de vínculos con la empresa", añade Buqueras.
Además de la falta de regulación, Jorge Aguirre, gerente de Organización de Personas de Everis Business Consulting, señala "la cultura organizativa que persiste en las empresas españolas, que asocia rendimiento laboral con presentismo" como otra de las dificultades en la implantación de trabajar fuera de la oficina.
Las organizaciones más avanzadas en Recursos Humanos son las que cuentan con un mayor número de empleados que se han sumado a esta opción. Bankinter, Cisco, Kellogg's o Accenture, en la que el teletrabajo está presente como un punto más dentro de su plan de conciliación. En él se incluye el compromiso de la compañía a proporcionar los medios tecnológicos necesarios para facilitar el trabajo desde casa.
El departamento de Recursos Humanos de Kellogg´s señala que la apuesta por el teletrabajo no está motivada por el ahorro. El principal beneficio, según fuentes de esta compañía, es la satisfacción de los empleados, lo que fomenta la motivación y aumenta la productividad.
Cómo lo percibe el trabajador:
En 2009, Ana Yerro, responsable de comunicación de la Institución Futuro, se casó. Fue entonces cuando se planteó la necesidad de trabajar a distancia. "Mi marido vivía en Zaragoza, donde está su negocio y yo en Pamplona, donde está mi trabajo". Cuando lo planteó en su empresa la respuesta fue que si los proyectos se realizaban a tiempo no había problema. Durante año y medio así lo ha hecho. Ahora su marido, diseñador gráfico, es el que teletrabaja. "Cuando te lo planteas hay que ver si las funciones encajan o no para evitar fricciones. Es importante cambiar la filosofía que existe en España y trabajar por objetivos".
Teletrabajo para clientes
Interactive Intelligence es un proveedor global de soluciones IP de comunicación empresarial. "El teletrabajo lo tenemos internamente y lo promocionamos también hacia los clientes", comenta Jorge Hurtado, director general de la compañía. Para él los beneficios son "facilitar la vida personal y laboral, evitar los atascos pudiendo optimizar este tiempo trabajando o con la familia". En España, "la implantación es un tema cultural, hay sectores y empresas que deben ir cambiando si quieren ser más productivos", afirma Hurtado.
En estructuras pequeñas
La flexibilidad, sin llegar a ser teletrabajo, es muy valorada. "Suelo hacerlo cuando estoy de viaje o cuando a veces mi trabajo no requiere que esté en la oficina", señala Samuel Grandjean, director de marketing de Tempur.
Aunque Grandjean asegura que "es poco frecuente que trabaje desde casa", sí manifiesta tener "la suerte de contar con un jefe que me permite este tipo de flexibilidad, "mientras el trabajo esté preparado con calidad, dentro de los plazos definidos inicialmente, hay plena confianza". Para él, esta flexibilidad "es una posibilidad, por ejemplo, si se tienen hijos y enferman, pero no es una costumbre y no se hace para ahorrar costes, sino para ofrecer mejor calidad de vida y motivar a los empleados".