Desde su fundación en 2011, Moonz, el grupo más exclusivo de clínicas especializadas en ortodoncia para niños no ha parado de crecer. Con presencia internacional y reconocimiento del sector por su continua labor en la búsqueda de la excelencia para sus pacientes, cuenta ya con siete centros. Cuatro en Madrid, incluyendo el que abrirá en Boadilla del Monte el próximo 2 de junio, uno en Marbella, otro en Bilbao y uno más en Londres. Su vocación es dar un servicio de máxima calidad al paciente para que, tanto hijos como padres, vivan una experiencia inolvidable. Así ha logrado que, a día de hoy, más de 40.000 pacientes se hayan divertido ya en sus clínicas ubicadas en España e Inglaterra.
El equipo de Moonz está formado por 40 profesionales del sector dedicados de forma exclusiva a la ortodoncia y con un único pensamiento: ofrecer la máxima calidad en los tratamientos haciéndolos divertidos y educativos para los más pequeños y lo más agradable y sencillo posible a sus padres.
Tal y como expresan desde su dirección, una de sus claves es la implicación que tiene el equipo en la educación de los niños durante el período del tratamiento, fomentando en ellos la creatividad, el desarrollo y la adquisición de buenos hábitos, dentro y fuera de la clínica. El tratamiento se convierte para los niños en una experiencia inigualable desde que entran por la puerta. Desde ese momento se establece un vínculo entre personal y paciente que facilita la evolución del tratamiento haciéndoles que se impliquen en el mismo. Por esta razón, invitan a los niños a entrar en un mundo imaginario en el que, de la mano de Big y Doc, aprenderán de forma divertida y a través de distintas experiencias los valores más importantes para su futuro. Consideran que "las generaciones del futuro son responsabilidad de hoy" y, por ello, su misión es afianzar el gran trabajo que ya realizan los padres en casa contribuyendo a formar y dar valores a los niños durante el corto período de tiempo que comparten con ellos en las clínicas.
La total implicación de los niños en el tratamiento hace que permanezca una relación más allá de lo dental, posibilitando de esta manera una colaboración con los padres en el desarrollo personal de sus hijos. El ser conscientes de esto hace que el equipo piense en aplicaciones como el Club Moonz, que fomenta la participación de los niños en el tratamiento, la emoción, el esfuerzo, la satisfacción por superar objetivos y la diversión. El resultado final será no solo una sonrisa a la que han contribuido, sino el aprendizaje de que con esfuerzo se consiguen objetivos y, más importante, la seguridad de que son capaces de hacer lo que se propongan.