
Desde Silicon Valley ha llegado a España la moda de alejarnos de todo aquello que produce placer, desde la alimentación, el alcohol y el sexo hasta las redes sociales y las nuevas tecnologías. Esta supuesta tendencia de salud se conoce como ayuno de dopamina y sus efectos, a parte de inocuos para su propósito, pueden llegar a ser perjudiciales para la salud.
El llamado ayuno de dopamina (dopamine fasting, en inglés) se basa, entre otras cosas, en la idea de que estamos tan sobreestimulados que segregamos más dopamina de la recomendable y eso hace que nos volvamos tolerantes a sus efectos y necesitemos seguir sobreestimulándonos para no dejar de lograrlos, con la correspondiente saturación de nuestro cerebro que esto estaría ocasionando.
Desmontando el mito
Cada vez más personas en España están siguiendo esta nueva "dieta", convirtiéndola en retos para el comienzo de año. Ante esta tendencia, el equipo de psicólogos de la app ifeel ha desmontado este mito a través de siete puntos.
1. No juegues con la dopamina
La dopamina es un neurotransmisor que nuestro cerebro produce con diferentes objetivos. Normalmente solo se asocia esta sustancia a todo lo relacionado con el placer, pero lo cierto es que la dopamina tiene diversas funciones que se refieren también a la motivación, la afectividad y el control motor. Unos niveles alterados de dopamina, tanto por exceso como por defecto, están presentes en la enfermedad de Parkinson, la esquizofrenia y la adicción a las drogas, entre otros problemas de salud.
Con el ayuno -restricción de actividades placenteras que fomentan la secreción de dopamina- se interrumpiría esa sobreestimulación, permitiendo que el organismo se deshabitúe a la dopamina. De esta manera, al retomar las actividades, disfrutaríamos más de ellas gracias a una secreción más regulada y armónica de este neurotransmisor. Esta dinámica, siempre según sus teóricos, puede ayudar a aumentar la productividad, cuestión de trascendental importancia en un contexto como el de Silicon Valley, ecosistema de empresas donde se marcan las tendencias empresariales del futuro.
2. Lo habitual deja de ser placentero
En el aprendizaje existe la llamada habituación, con años de estudio desde hace décadas, que se trata de un fenómeno inevitable y, además, necesario para nuestra supervivencia. Es el descenso de la respuesta inicial ante un estímulo debido a la presentación repetida de dicho estímulo. Es decir, lo que al principio nos afecta mucho, si se repite nos empieza a afectar cada vez menos hasta que al final nuestra respuesta es muy baja.
3. Ayuno descontrolado
El cerebro segrega sustancias a cuyos efectos positivos podemos llegar a aficionarnos, tanto que buscamos intensamente los estímulos y actividades que facilitan su secreción, por ejemplo, las endorfinas del deporte. En esto juega un papel muy importante la habituación, y por tanto tenemos que ir regulando la cantidad de estímulo para conseguir efectos similares.
El pensamiento de estar sometiendo nuestro cuerpo al ayuno de dopamina no es real porque no tenemos acceso directo a lo que nuestro cerebro segrega, lo único que podemos hacer es deducir que esa secreción está ocurriendo.
4. Suposiciones y no certezas
Siempre que se habla de "ayuno emocional" se insiste en el hecho de que dicho concepto y sus efectos no se sustentan en ninguna base científica rigurosa. Es decir, son suposiciones extraídas de observaciones clínicas realizadas en el interior del despacho del psicólogo que ha acuñado la supuesta terapia.
5. La cuestión ética: productividad no es bienestar psicológico
Detrás de técnicas como el ayuno de dopamina está el objetivo de mejorar la productividad de ejecutivos de empresas tecnológicas muy estresados e hiperconectados a la tecnología. Esto debe movernos a una reflexión ética sobre qué está pesando más en la prescripción del ayuno de dopamina como técnica terapéutica: ¿la mejora de la salud de la persona en cuestión o el aumento de su productividad, es decir, la mejora de la salud de su empresa?
6. La trampa de las etiquetas
No debemos caer en la trampa de las etiquetas. Si el llamado ayuno de dopamina consiste en no llevar a cabo algunas actividades que sobreestimulan la actividad cerebral, entonces ¿por qué no llamarlo simplemente descansar del ordenador y dedicarse a pasear, descansar de redes sociales y salir a correr, no trabajar ni chatear hasta las dos de la mañana y por eso dormir mejor y trabajar mejor al día siguiente… en lugar de "ayuno de dopamina"?
7. Mejora de los niveles de dopamina
Lo que sí mejora los niveles de dopamina es trabajar no solo al servicio de la mayor productividad posible, sino con objetivos reales que repercutan directamente sobre nuestra felicidad. También mejora los niveles de dopamina relacionarse con las personas de manera física, los hábitos de vida saludable, tener un sueño estable, no consumir drogas que nos hagan dependientes…