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Los miserables

¿Queremos acabar con el paro? La respuesta es no; ni queremos, ni podemos terminar con esta lacra que viene condicionando la vida pública y económica española desde hace más de medio siglo.

Esta es la terrible conclusión a la que llegan los economistas César Molinas y Pilar García Perea en su informe para la Fundación de Estudios Económicos. Tras un año investigando a fondo esta cuestión, todo indica que los españoles nos hemos acostumbrado a vivir con altas tasas de desempleo y que nadie parece querer de verdad arreglar el problema. Es como en Grecia o en Andalucía, donde se han adaptado a vivir subvencionados y donde cualquier tipo de medida, reforma o sacrificio para que las cosas empiecen a cambiar resulta imposible.

César Molinas, que escandalizó al país cuando teorizó sobre las clases extractivas españolas, vuelve a provocar a los ciudadanos de bien cuando afirma que son tantos los intereses en juego que lo más cómodo es dejar las cosas como están.

Los datos no mienten. De 1975 a 2015 la tasa media de desempleo en España ha sido del 16 por ciento, el doble que la media europea. En cinco ocasiones ha estado por encima del 20 por ciento y la única excepción en que por breves momentos se llegó a la media europea fue en plena burbuja inmobiliaria, cuando la economía española creció claramente por encima de su potencial.

¿Por qué? Algunos teóricos argumentan que se debe a nuestro sistema productivo. Sin embargo, Portugal es similar y no ocurren estos "arreones" en la creación o destrucción de empleo. Que en un solo trimestre, como acaba de reflejar la EPA, se hayan creado 411.000 empleos no tiene sentido, como tampoco lo tenía cuando se destruían más de un millón de puestos de trabajo en un solo año, como en los últimos años de Zapatero.

Para el director ejecutivo de Fedea, Ángel de la Fuente, la única explicación posible es el marco laboral creado durante los años de la Transición y heredado en parte del franquismo. Sindicatos, abogados, jueces, políticos y patronales se aprovechan de una u otra manera del sistema establecido. Como en la película de Tom Hooper Los miserables (2012). Para terminar con el paro, lo primero que hay que hacer es tener la voluntad de acabar con él.

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