Con la finalización del periodo de reestructuración financiero comienza una nueva etapa para el Grupo Chivite y sus 117 empleados. La capitalización de la deuda de las entidades financieras posibilitará superar las dificultades que la compañía ha atravesado en los últimos años como consecuencia de cambios en la gestión, de la crisis, así como por su elevado endeudamiento.
Con la firma del acuerdo de capitalización celebrado ayer, enmarcada en el denominado Proyecto Phoenix, se abre un nuevo y prometedor periodo en colaboración con las entidades financieras al partir de la premisa de que el Grupo Chivite es una compañía con claras expectativas de rentabilidad futura. Esta certeza se refrenda con la implantación del plan estratégico y financiero de la compañía a cinco años.
Se ha procedido a la reestructuración financiera del grupo mediante la capitalización de la deuda de las entidades financieras. De un pasivo inicial de 47 millones, se reduce la deuda a la mitad, y como consecuencia surge una nueva composición en el capital de la compañía en la que el peso de la familia Chivite será del 20% de la participación accionarial. En este sentido para los nuevos accionistas resulta clave la figura de Julián Chivite, la undécima generación de la familia, que será el presidente ejecutivo del nuevo Consejo de Administración, manteniéndose además el actual equipo directivo.
Desde 1647, la familia Chivite ha sido el referente en el mundo vitivinícola de Navarra y de España: pioneros en el ámbito de la exportación y de la elaboración de grandes vinos como el reconocido y premiado Chivite Colección 125 o el Gran Feudo Rosado. En la actualidad el grupo está presente en más de 60 mercados y elabora vinos de las denominaciones de origen Ribera del Duero, Rioja, Rueda y Navarra.
En los tres últimos años el Grupo Chivite ha trabajado en crear una estructura societaria clara que segmentase el portfolio de bodegas y vinos, procedencias y elaboraciones, respondiendo a las necesidades de distribuidores y del consumidor. Así, el Grupo se reorganizó en cuatro empresas: por un lado Propiedad de Arínzano, en Aberin, con sus vinos de Pago; por otro, Viña Salceda, en el Elciego, un referente en la Rioja Alavesa. Bajo la sociedad Bodegas Gran Feudo, en la antigua bodega de Cintruénigo, se elaboran los vinos de la marca Gran Feudo. Y por último los vinos de las gamas Chivite Colección 125 y Chivite Finca de Villatuerta, elaborados por J. Chivite Family Estates y procedentes de la finca Granja de Legardeta. Se completa el portfolio con la distribución del champagne Taittinger.
Paralelamente, uno de los objetivos prioritarios de la compañía ha sido la venta de alguno de sus activos corporativos. En este sentido las últimas gestiones que desde el mes de octubre llevaba realizando personalmente Julián Chivite se han materializado con la venta de la Propiedad de Arínzano, la bodega diseñada por Moneo, sus viñas y las marcas Gran Vino de Arínzano y La Casona de Arínzano. El acuerdo con los nuevos propietarios permitirá que los vinos de las gamas Colección 125 y Finca de Villatuerta continúen elaborándose en la bodega de Arínzano.
La nueva estructura garantiza un futuro prometedor que permitirá poner en marcha su planificado desarrollo tanto en el mercado nacional como en la exportación, basado en una estructura empresarial que combina el saber hacer que la familia Chivite ha desarrollado desde 1647, con la garantía financiera que aportan las entidades.