
Los precios mundiales de los alimentos bajarán un poco en relación a sus actuales niveles récord pero seguirán elevados durante al menos una década, estimaron el jueves la FAO y la OCDE en un informe. "Una vez que caigan de sus actuales máximos, no obstante, los precios permanecerán en niveles promedio más altos a mediano plazo que en la década pasada", aseguró el informe.
Unos 30 países de Africa, Asia y el Caribe han sufrido protestas en los últimos meses a raíz de los altos precios de los alimentos, y en Haití provocaron la caída del gobierno.
El estudio ha sido preparado en un clima de "creciente inestabilidad de los mercados financieros, una inflación más elevada de los precios de los alimentos, señales de un debilitamiento del crecimiento económico mundial y preocupaciones sobre la seguridad alimentaria", apuntaron la FAO y la OCDE.
Los precios para la próxima década "pueden ser también más volátiles que en el pasado", advirtieron. El informe anticipa que los precios nominales de la carne de cerdo y de vaca subirán un 20% en 2008-2017 en relación a 1998-2007; el azúcar blanco y moreno subirá un 30%; el trigo, el maíz y la leche descremada en polvo de 40% a 60%; la manteca y oleaginosas más de 60% y los aceites vegetales más de 80%.
"Los pobres, y sobre todo los pobres urbanos en países en desarrollo importadores netos de alimentos, sufrirán más", estimaron la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
"Se necesita una mayor ayuda humanitaria para reducir el impacto de los elevados precios en los muy pobres", agregó.
Replantearse la producción de biodiésel
El informe sugiere que debido a la situación de la oferta y la demanda sería necesario recurrir a cultivos modificados genéticamente e insinúa que es necesario un replanteamiento de los programas de producción de biodiesel por el daño que están ejerciendo en el suministro de cereales destinados a la alimentación del ganado y al consumo en general.
Las causas de estas subidas de precios obedecen a un empeoramiento de las cosechas, notablemente en países como Australia, a la producción de biodiesel, a los cambios en la dieta de la población de los países emergentes, a los flujos de inversión en los mercados de cotización de materias primas y a los elevados precios del crudo, que impulsan al alza los gastos de producción.