Generales

La ceremonia entre PSOE y PP quince años después...

Rajoy, como los novios, llegó un minuto antes. Zapatero, como las novias, se hizo esperar tres minutos. Ambos fueron recibidos por los padrinos del evento: el moderador Manuel Campo Vidal y el realizador Fernando Navarrete. Ambos pusieron ante casi una veintena de cámaras la mejor de sus sonrisas. Eso sí, el candidato socialista estuvo en el posado unos segundos más.

Como en las alfombras rojas de Hollywood, la noticia en ese momento era su vestuario. Rajoy no sorprendió. Ya había anunciado que llevaría la corbata roja que le dio suerte en el formato televisivo de Tengo una pregunta para usted.

Zapatero se decantó, como las novias, por llevar algo azul: su corbata, con pintas rojas y azul claro. Aquí, tampoco se habían intercambiado los papeles. Ninguno estaba perfecto ante la foto. Rajoy tenía un botón desabrochado y se veía parte de su corbata. La de Zapatero estaba torcida.

"¿Está nervioso señor Rajoy?"

En ambos casos, una periodista, megáfono en mano, saludó desde la otra acera a ambos candidatos. "Suerte hoy, hola Mariano"; entonces, Rajoy volvió la cabeza y sonrió. "¿Está nervioso señor Rajoy?", preguntó otro compañero. Entonces, no hubo respuesta, no hubo muecas. El mensaje dedicado a José Luis se quedó en un "Buenas noches, suerte". Zapatero también la miró y sonrió.

Primero uno, luego otro, entraron y el espectáculo entonces dejó de estar en la calle. La mayoría del grupo de periodistas (en total, unos 400 acreditados) también cruzó el umbral.

El grupo de simpatizantes del PP, que recibió el coche de su candidato -animado por el vallenato que se ha convertido en el himno del partido- recogieron sus bártulos. Dentro, el despliegue y ajetreo en los pasillos ya era una realidad.

Puesta en escena

Los dos candidatos entraron en plató acompañados de Campo Vidal, que se colocó en medio de ambos, ejerciendo de oficiante de ceremonia. En frente, decenas de fotógrafos. Rajoy aquí llevaba la chaqueta desabrochada. Estaba tenso, sin saber muy bien que hacer con las manos.

Zapatero, en cambio, parecía más relajado. Se dirigió, cercano, al moderador del debate. Como en el momento de entrega de anillos, ambos extendieron la mano. Era la hora del saludo. Rajoy fue quien estiró más el brazo. Zapatero le llevó así a su terreno.

Tomaron asiento. La silla de Zapatero era cinco centímetros más alta, gracias a un acuerdo de última hora. Rajoy tomó primero la palabra casi 15 años después del último cara a cara celebrado en España. Miró fijamente a cámara. Tres minutos y un segundo después, entró en acción Zapatero. Entonces, terminó todo parecido con una boda...

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky