Generales

La coyuntura reduce la demanda

Marcado por el pasado. De esta forma ha evolucionado el sector energético español en los últimos cinco años. Su desarrollo ha estado condicionado por una serie de factores, entre los que destaca la fuerte caída de la demanda energética experimentada como consecuencia de la coyuntura económica; la penetración de las energías renovables, la reapertura del debate nuclear, la desaparición de la tarifa regulada y la transición de los consumidores domésticos a la tarifa de último recurso (TUR) y, finalmente, las operaciones de fusiones y adquisiciones producidas entre compañías.

Según Óscar Barrero, responsable de Energy & Utilities en Capgemini Consulting, la fuerte penetración de las energías renovables ha derivado en un cambio del mix energético, con una reducción del hueco térmico para los productores "convencionales". Por otra parte, se ha producido la reapertura del debate nuclear, en el que se han contrapuesto criterios de tipo "medioambiental" con la necesidad de disponer de una energía a un coste competitivo.

En tercer lugar, la fuerte caída de la demanda energética experimentada como consecuencia de la coyuntura económica "ha impulsado el crecimiento exterior de algunas compañías que han buscado alternativas para optimizar sus portfolios (especialmente de gas)".

El cuarto factor ha sido la desaparición de la tarifa regulada y la transición de los consumidores domésticos a la TUR que "de facto, ha seguido siendo un cap sobre los precios en mercado liberalizado". Mientras que el quinto se ha centrado en "las operaciones de M&A (Gas Natural Fenosa, Endesa-Enel) y en los procesos de desinversión que han generado oportunidades de crecimiento para otros players convencionales (Acciona, EDP, Galp, Alpiq) y no convencionales (Morgan Stanley)".

Nuevos ciclos combinados

El crecimiento de la demanda experimentado hasta el inicio de la crisis económica ha venido siendo abastecido con nuevos ciclos combinados e instalaciones de energías renovables. Según Francisco Rahola, socio del sector Energía de Ernst & Young, esto conlleva una serie de implicaciones: "en el primer caso, debido a la variabilidad del precio del gas y a la dependencia de países conflictivos; y, en el segundo caso, por la necesidad de abonos de las correspondientes primas".

Rahola destaca que, a nivel mundial, España ha sido un modelo en lo que a energía eólica se refiere, si bien constata que ahora mismo la incertidumbre regulatoria ha paralizado el proceso inversor. En cuanto a la energía fotovoltaica, cuya aportación al sistema no es relevante, explica que sus elevadas primas y la potencial existencia de fraudes han dañado su imagen.

Por lo que respecta a la distribución de electricidad, no ha habido grandes cambios a nivel tecnológico. "En los últimos dos años, la ausencia de un modelo regulatorio claro ha originado un descenso de las inversiones en redes, aunque la reciente publicación de la retribución calculada de acuerdo al modelo de red de referencia -basado en la optimización de inversiones- puede mejorar la situación".

Por último, apunta que no se ha experimentado en el mercado la liberalización que, en general, se había pronosticado. "Sigue existiendo una tarifa de último recurso, a la que se pueden acoger la gran mayoría de los consumidores residenciales, un colectivo que supone un porcentaje relevante del consumo total". Por otra parte, "los peajes de acceso son insuficientes para abonar las retribuciones reguladas, lo cual sigue engordando el déficit de ingresos que tanto daño está causando a las compañías eléctricas españolas".

En busca de la eficiencia energética

En este contexto, la eficiencia se ha convertido en uno de los objetivos prioritarios del Gobierno. El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, a través del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (Idae), aprobó en 2010 la adjudicación de 119,6 millones de euros para la ejecución de 43 proyectos de inversión en tecnologías de ahorro y eficiencia energética. Las ayudas revisten la modalidad de subvención a fondo perdido y se ajustan a lo establecido por las directrices comunitarias de ayudas a favor del medio ambiente.

La medida se encuentra dentro del Plan de Activación de la Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética para España, en la que se recogía el impulso al Programa de Ayudas a Proyectos Estratégicos durante los años 2009 y 2010, con un presupuesto de 120 millones de euros cada año.

Entre los beneficiarios, se encuentran proyectos de ahorro y eficiencia energética en el sector de la distribución comercial, en cadenas hoteleras, en grandes empresas del sector industrial (siderurgia, química, papel, farmacia y alimentación) y en proyectos de renovación de las flotas de vehículos públicos y privados.

El programa movilizará una inversión de en torno a 500 millones de euros y la ejecución supondrá unos ahorros energéticos de 61.087 toneladas equivalentes de petróleo (tep) por año, cifra que supone el consumo energético de 180.000 hogares, y evitarán la emisión a la atmósfera de alrededor de 200.000 toneladas de C02 anuales.

Un modelo energético sostenible

El observatorio anual de la electricidad de WWF advierte que 2011 es un año importante para la toma de decisiones energéticas, que deben ir orientadas hacia "un modelo energético sostenible y renovable, dejando de depender de los combustibles fósiles (petróleo y carbón) y acelerando la transición hacia una energía limpia, sin emisiones y cien por ciento renovable".

Según los datos del observatorio, el año 2010 finalizó con una reducción de emisiones de CO2 del sector eléctrico de un 28,7 por ciento con respecto a 2009. "Esta mejora de la calidad de la electricidad (pasando de calificación C a una B) es fruto de la mayor y mejor integración de las energías renovables en la red. Se debe a las fuertes lluvias y al exceso de viento de 2010, que han incrementado de forma considerable la hidráulica, la eólica, así como el resto de las energías renovables".

En cambio, apuntan que durante varios meses de 2010 ha aumentado la contribución del "contaminante carbón autóctono" al resto de fuentes generadoras de electricidad. "Como consecuencia, se ha producido una punta peligrosa de emisiones de CO2 por esta fuente de combustibles fósiles, desde abril a septiembre de 2010". No obstante, WWF subraya que en el conjunto del año ha habido una disminución general respecto a 2009.

También se ha incrementado la producción nuclear, "con el consiguiente aumento de la cantidad de residuos radiactivos de alta, baja y media actividad, disminuyendo la calidad ambiental a la calificación D, respecto a 2009 (calidad C)". WWF recuerda que la solución al tratamiento de los residuos nucleares de alta actividad sigue todavía sin resolver.

Demanda cubierta con renovables

Asimismo, señala que aunque la demanda en 2010 ha aumentado en un 2,54 por ciento respecto al año anterior, ha sido cubierta en su mayor parte por renovables. "Se ha notado un descenso importante de la contribución de los ciclos combinados de gas, que en 2010 han reducido sus horas de funcionamiento, a consecuencia de la disminución del consumo industrial. Mientras que en 2009 los ciclos combinados aportaron el 29 por ciento al mix eléctrico, en 2010 han aportado sólo el 23,2 por ciento".

Por otra parte, la Fundación Renovables pide un gran acuerdo sobre energía, que debería abordar "el cambio de modelo productivo a través de un cambio de modelo energético mejorando los ratios de dependencia energética, intensidad energética y emisiones de CO2."

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky