
Las señales que da tu cuerpo un mes antes de sufrir un accidente cerebrovascular
Los accidentes cardiovasculares (ACV) o derrames cerebrales se da cuando el flujo sanguíneo de una parte del cerebro se ve interrumpido, dando como resultado una rotura de un vaso sanguíneo. Si bien, en muchos casos se produce de forma repentina debido a múltiples factores, como el estrés, una mala alimentación o un estilo de vida poco saludable en general.
También es común que nuestro organismo comience a manifestar algunas señales hasta con un mes de antelación que pueden indicar una alta probabilidad de sufrir esta afección. Entre los más comunes están:

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1. Dolores de cabeza recurrentes
Aunque en muchos casos puede ser un indicativo de migraña, si aparecen de forma repentina y sin causa aparente puede ser una señal de advertencia, más aún, si se dan junto a otros síntomas neurológicos.

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2. Visión borrosa
Si detectas cambios repentinos en la vista, como ver borroso o doble, pueden ser un indicativo de que tu cerebro no está recibiendo suficiente oxígeno.

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3. Entumecimiento de partes del cuerpo
Esto suele sentirse a través de una sensación de debilidad, hormigueo o parálisis leve de partes como la cara o las extremidades.

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4. Confusión
Olvidar cosas sencillas, como fechas o conversaciones, dificultad para concentrarse o bien cierta desorientación son aspectos que no deben dejarse de lado.

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5. Dificultad para hablar
Si se dan situaciones en las que se olvidan las palabras concretas, se expresan con dificultad e, incluso, cuesta comprender lo que otros dicen, aunque sea momentáneamente.

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6. Cansancio extremo
El día a día puede hacer que nos sintamos cansados, más aún si la noche anterior no hemos descansado lo suficiente. No obstante, si esta fatiga se da de forma muy intensa y prolongada en el tiempo y sin un motivo aparente, puede estar relacionado con problemas en el riego sanguíneo que afectan al cerebro.

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7. Prevención
Una de las formas más ideales de prevenir esta enfermedad es controlando sus factores de riesgo (colesterol, obesidad, sedentarismo, estrés ), los cuales son reversibles en muchos casos.
En general, un estilo de vida saludable es fundamental, el cual incluya actividad física regular, limitación del alcohol y evitación del tabaco o manejo del estrés, por ejemplo, a través de ejercicios de meditación, yoga o terapia psicológica.