Una nueva investigación demuestra que los baños con agua muy fría pueden ser perjudiciales para la salud
El estudio
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1. El estudio

El estudio fue llevado a cabo por la Universidad de Maastricht y contaron con la participación de doce hombres sanos que realizaron un entrenamiento de fuerza con una sola pierna. Acto seguido, sumergieron esa pierna en agua a 8 °C durante 20 minutos, mientras que la otra la sumergieron a 30 °C.

 

Los resultados
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2. Los resultados

El objetivo era medir el flujo sanguíneo y analizar cómo los músculos utilizaban las proteínas, observando cómo el frío afectaba a los procesos de recuperación y desarrollo muscular. 

Los resultados en este sentido fueron claros: después del baño de hielo, el flujo sanguíneo en la pierna expuesta bajas temperaturas disminuyó aproximadamente un 60% en comparación con la pierna expuesta al agua templada.

No obstante, los músculos dependen de la sangre para el suministro de nutrientes, por lo que un menor flujo se traducía también en que el músculo emplease un 30% menos de los componentes básicos de la proteína.

Qué es la hiperemia
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3. Qué es la hiperemia

Los entrenamientos de fuerza producen que el flujo sanguíneo en la zona más ejercitada aumente, lo que se conoce como hiperemia. No obstante, cuando expones al músculo al frío justo después de entrenar, los vasos sanguíneos se tensan, lo que "cortaría" un momento de crecimiento.

La recomendación
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4. La recomendación

Según los expertos, lo importante es esperar al menos una hora después de entrenar y antes de tomar un baño de hielo, para poder absorber los nutrientes sin interferencias. Además, resulta más beneficioso si el agua no se encuentra a una temperatura demasiado fría, por ejemplo, alrededor de los 15 °C.

En cualquier caso, reservar los baños fríos a únicamente los momentos en los que el entrenamiento es especialmente duro puede evitar algunos de estos efectos negativos sin renunciar a sus beneficios.


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