Estos son los alimentos que podrían provocarte náuseas, fiebre y dolor de cabeza este verano
La llegada del verano y las altas temperaturas en general traen consigo algunos problemas y enfermedades muy frecuentes, como puede de ser la salmonela. Esta enfermedad se produce por la ingesta de alimentos contaminados con esta bacteria, aunque también puede contraerse a través de la manipulación de mascotas como reptiles, serpientes o tortugas, entre otros.
Los síntomas suelen durar entre cuatro y siete días, los cuales incluyen molestias como fiebre, diarrea, cólicos abdominales, dolor de cabeza e, incluso, náuseas, vómitos y pérdida del apetito. Para evitar la salmonelosis es importante seguir algunas recomendaciones como limpiar bien los alimentos, no mezclarlos entre sí, cocinar a temperaturas adecuadas y dejarlos enfriar de forma correcta. Entre los alimentos que hay que tener más precaución destacan algunos como:
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1. Pollo
La Salmonella está presente en gran parte del pollo que compramos en los supermercados, según algunos estudios. No obstante, los peligros residen cuando este se consume crudo, de ahí que sea importante intentar cocinarlos por encima de los 70 °C para eliminarla.
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2. Frutas
La fruta cortada puede llegar a contaminarse de bacterias como la Salmonella, Listeria o Escherichia coli. Ya sea en el hogar o en restaurantes, los agentes patógenos pueden transmitirse a través de las manos si no están suficientemente limpias o a través de utensilios sucios como cuchillos o tablas de cortar.
Si la fruta cortada se conserva a temperatura ambiente es más probable que las bacterias se multipliquen rápidamente.
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3. Huevo
Aunque se trata de un alimento con múltiples beneficios para la salud, la realidad es que puede conllevar también múltiples riesgos, más aún teniendo en cuenta que esta bacteria puede encontrarse en la cáscara.
Una intoxicación por este alimento que también puede darse en tortillas o mayonesas.
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4. Mantequilla
Más que en la mantequilla concretamente, esta infección puede darse a través de cualquier producto de origen lácteo. Si no se manipulan o almacenan de forma correcta este tipo de alimentos, la Salmonella puede sobrevivir y multiplicarse, aumentando el riesgo de contaminación.
