
Soy cardiólogo y este es el único queso que como todos los días para proteger la salud del corazón
Cada vez es más frecuente que haya personas amantes del queso (en todas sus variantes, sí -versión untable, de diversos tipos de leche, con múltiples combinaciones-). Ahora bien, también existen individuos que no son capaces de soportar su sabor o su olor.
Una de las razones más habituales para el primer grupo puede ser la presencia de una proteína que los investigadores creen que puede producir un efecto placentero sobre el cuerpo. Más concretamente, la caseína presente en los quesos produce la liberación de casomorfinas durante la digestión, unos opiáceos que generan sensación de cierto placer en el cuerpo.
Ante este panorama, muchos españoles y españolas se preguntan cuál es el mejor queso para el corazón. Pues bien, según el Dr. Cheng-Han Chen, cardiólogo del MemorialCare Saddleback Medical Center, es el queso mozzarella. O al menos eso es lo que ha afirmado en una entrevista con 'Parade'.
A su juicio, la mozzarella cumple con estas características, además de ofrecer varios nutrientes clave:

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1. Bajo en grasas saturadas y sodio
Contiene menos grasas saturadas en comparación con otros quesos, lo que la convierte en una mejor opción para prevenir problemas cardiovasculares. Además, tiene un contenido reducido de sodio, importante para contralar la presión arterial.

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2. Alto contenido en proteínas
Es rica en proteínas, un macronutriente esencial para el desarrollo muscular y la pérdida de peso. De hecho, las dietas ricas en proteínas pueden ayudar a prevenir enfermedades relacionadas con la obesidad como las cardiopatías.

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3. Alto contenido de calcio
Aporta una buena dosis de calcio, determinante para mantener huesos fuertes y evitar caídas, que pueden impedir la actividad física.

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4. Fuente de probióticos
Por si esto fuera poco, el Dr. Chen también ha mencionado que este tipo de queso es una fuente de probióticos. Todos estos microorganismos benefician la salud intestinal, lo que contribuye de manera indirecta a mejorar el sistema inmunológico y reducir riesgos de enfermedades crónicas.