Fútbol

Salah masacra a la Roma y deja al Liverpool a las puertas de la final de la Champions

  • El '11', con dos goles y dos asistencias, da una exhibición memorable
  • La Roma aprovechó el bajón final de los de Klopp con dos goles
  • Aún así, los ingleses son los claros favoritos para estar en la final
Salah celebra uno de los goles marcados a la Roma | Foto: EFE.

Una exhibición de Mohamed Salah para registrar en los libros de historia de la Champions League llevará al Liverpool, salvo una catástrofe de dimensiones kilométricas, a la final de la máxima competición de clubes. El jugador egipcio, que en la actualidad viste como el mejor futbolista del mundo, marcó dos goles y asistió en otros dos (los de Sadio Mané y Roberto Firmino) en una exhibición de fútbol total de los Jürgen Klopp, un 5-2 que se ha colado, por derecho propio, en la lista de las noches doradas de todo un templo como Anfield. Una clase maestra que, sin embargo, se vio manchada por el tramo final de partido, que da un mínimo halo de esperanza a los de Di Francesco.

En una cita para recordar, Salah reinó como un faraón. La influencia del '11' fue total, devastadora. Lo hizo todo, desde crear jugadas hasta presionar a defensas rivales, pasando por tumbarles como a conos. El contexto, unas semifinales de Champions, añaden aún más mérito a la hazaña de un jugador que ha propinado un puñetazo en la mesa de los grandes jugadores del fútbol mundial.

Parece hasta insultante decir que, por un momento, la ida de semifinales no transcurría por unos derroteros de dominio absoluto del Liverpool, pero los primeros veinte  minutos de partido estuvieron cuajados de alternativas e incluso alumbraron un trallazo de Kolarov que le dobló las manos a Karius y se topó con la madera. Pero, una vez se cruzó esa frontera, Salah asumió el mando. A la Roma le quedó soportar el inmenso chaparrón. De héroes a villanos en tan solo dos semanas. El fútbol.

Se desplegó el Liverpool como si fuese un ejército. También con la beligerancia de las tropas en combate. Ni un solo momento se desperdició, fue una vorágine, un huracán en el que cada minuto significaba peligro, se asfixiaba al rival. Mané tuvo dos clarísimas ante Alisson, Salah y Firmino revoloteaban en área rival...y llegó la exhibición del '11'.

En el 36', se vio solo en el pico del área, oteó la escuadra y pusó ahí la pelota, en un zurdazo bellísimo que quitó las telarañas de la portería de la Roma. En el 45', picaba ante Alisson para hacer el 2-0 al irse en velocidad y aprovechar un pase de Firmino. Entre medias, Lovren cabeceó a la madera y Mané volvió a marrar otro mano a mano clarísimo.

La tormenta no amainó al descanso, y Salah empezó a acuchillar a la Roma por la derecha. Así llegaron los goles de Mané y Firmino, que solo tuvieron que empujar la pelota a la red después de dos cabalgadas del africano. El brasileño hacía el 5-0 en un saque de esquina para cerrar la manita y completar otra lección magistral (también dos goles y dos asistencias), aunque eclipsada. Era el 68' y todo parecía decidido. Pero el Liverpool siempre es el Liverpool.

Con la ventaja tan amplia a favor, Klopp cambió a Salah, con Anfield rendido. El bajón fue casi instantáneo, y el renacer de la Roma, encomiable. En toda una lección de competitividad, los de Di Francesco tiraron de orgullo y empezaron a arrinconar a los locales, que no tienen a la solidez defensiva entre sus mejores virtudes.

Dzeko hizo el 5-1, colándose entre centrales, y Perotti marcó el 5-2, transformando un penalti de Milner por mano. Un borrón para cerrar la gran noche de Salah. Aún así, una ventaja más que suficiente para garantizar el pase a la final de Kiev...pero eso creyó el Barcelona. La semana que viene, el imperio romano contra el de los faraones.

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