
Xavi Hernández, excapitán del FC Barcelona y actual futbolista del Al-Sadd qatarí, colgará las botas este mismo año 2018 (aún no se sabe si en verano, o en otoño) para iniciar su carrera como entrenador con un único objetivo: sentarse algún día en el banquillo del Camp Nou y dirigir al primer equipo blaugrana.
Según As, en su evolución hacia el banquillo culé hay una serie de condiciones que quiere cumplir sí o sí para ponerse a los mandos del Barça. Por ejemplo, no llegar al club a mitad de temporada para suplir a un técnico cesado. Si empieza, empieza con un proyecto comenzado desde cero.
Tampoco contempla arrancar en las categorías inferiores. Ni siquiera acepta ser técnico del Barça B. Xavi tampoco aceptaría comenzar su periplo en el Camp Nou como segundo entrenador de un primer técnico. O entrenador principal, o nada.
La cuenta atrás
Cuenta también el diario As que la fecha definitiva para su retirada, si en junio o en noviembre, lo determinará la trayectoria de su equipo en la Champions asiática.
Pero más allá de este detalle, la transición de Xavi al puesto de entrenador es ya imparable. De hecho, el catalán ya colabora con las categorías inferiores de su club. Será ahí donde, casi con toda seguridad, comenzará a dar sus primeros pasos con la pizarra en la mano antes de dirigir al primer equipo rumbo a su primer gran reto: entrenar a Qatar para el Mundial que se celebrará en este país en 2022.
Sólo una cosa podría truncarlo antes: entrenar al Barça. Con Valverde con contrato hasta 2019 (tiene opción a un año más), en el Camp Nou creen que el Txigurri podría continuar en la ciudad condal hasta el plazo máximo de este acuerdo o incluso una o dos temporadas más. En tal caso, podría darse el caso de que, cuando Valverde termine su vínculo con los culés, Xavi haya concluido su pacto con los qatarís y el relevo entre ambos sea natural. En cualquier caso, Xavi quiere, sí o sí, entrenar al Barcelona.