Dani Ceballos volvió ayer a jugar con el Real Madrid después de su lesión, aunque el verbo 'jugar' sea demasiado generoso para los escasos 28 segundos que estuvo sobre el césped de Butarque. Ante el Leganés, Zidane le dio entrada cuando faltaba menos de medio minuto para que terminara el partido. Un gesto que puede entenderse como una humillación. Un cambio innecesario que el molestó al propio futbolista.
La secuencia ahonda en lo anómalo del cambio. No es que Ceballos estuviera esperando en la banda y no pudiera entrar porque el juego no se cortó pasado un buen rato. No. Zidane le dijo a Ceballos que iba a salir después de que Ramos anotara el 1-3, en el minuto 90'. El asistente ya había enseñado la tablilla de tres minutos de tiempo añadido.
Sabía de antemano que su jugador no estaría en el césped más de ese tiempo. No se trató, además, de un cambio que pudiera buscar una ovación del público (se jugó en Butarque), ni que pudiera dar descanso a un jugador o perder minuto ante un marcador ajustado.
El enfado de Ceballos
Ceballos abandonó Butarque muy enfadado, sin apenas levantar la cabeza del suelo en los escasos 20 metros que tiene la zona mixta del estadio pepinero.
Con la capucha del chándal enfundada, no reaccionó a ningún estímulo externo. Aunque algunos periodistas lo llamaran. Aunque algún aficionado le reclamara su atención. Nada le hizo mover la cabeza.
Tampoco apareció en la foto que colgó Ramos en su perfil de Twitter en la que se ve a buena parte de la expedición posando con el capitán y la camiseta conmemorativa que le regalaron por jugar 550 partidos oficiales con la elástica blanca.
Para él, llueve sobre mojado. Además de una temporada ne la que no ha contado lo que a él le gustaría, el andaluz vio como, en su retorno a Sevilla para jugar contra el Betis, no solo no fue titular, sino que ni siquiera calentó. Puede que Zidane lo estuviera protegiendo de los insultos que recibió, pero al chaval no le sentó muy bien el gesto. Asensio le dedicó su segundo gol en un guiño que demuestra que su estado de ánimo no es el mejor.
Zidane, en sala de prensa, no explicó el cambio. Básicamente porque no se lo preguntó nadie. Tampoco le cuestionaron por el tema en ninguna de las flash interview que le hicieron tras el partido. El único que dio explicaciones fue Dani Carvajal, que tiró de tópicos para regatear la cuestión.
"Somos veinticuatro jugadores en la plantilla y todos queremos jugar. Si alguien no juega y no se enfada es incluso malo para el equipo. Querer jugar y querer demostrar es bueno", despejó en la primera pregunta.
Cuando le repreguntaron por el asunto enfocando la cuestión en Zidane, volvió a evitar polémicas. "Son decisiones que toma el entrenador. Mis compañeros y yo vamos con él a muerte y lo que haga, está bien hecho", zanjó.
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