El Atlético de Madrid va a denunciar al FC Barcelona ante la FIFA por los contactos con Antoine Griezmann, reconocidos de forma indirecta por Guillermo Amor, el responsable de relaciones institucionales del club. Ése es el motivo que emana a la superficie de todo este caso, pero soterrada, tras los titulares, hay otra razón.
La realidad es que el Atlético se siente despechado ante la actitud del club catalán. Cuenta Sportyou que hace algunas semanas el Barça pidió formalmente permiso a los rojiblancos para negociar. Y el Atlético le pidió que no lo hiciera alegando, entre otras cuestiones, que Griezmann ya es de por sí un futbolista que él solo se distrae en asuntos de esta índole.
Hay que recordar sus constantes renuncios dejándose querer por otros equipos para luego declarar amor eterno al Atleti. Así que, si ahora era el Barça el que le animaba a distraerse, su rendimiento podía bajar en una competiicón, LaLiga, en la que el Atlético es rival directo de los blaugrana.
Pero eso no le importó al Barça que no sólo contactó con el futbolista, sino que a través de Amor admitió casi sin rubor que sí, que había habido conversaciones por parte del presidente, quien mantiene buena relación con la familia. La hermana del francés ejerce como su agente.
Esa admisión pública ha sido la que ha provocado esta reacción que inicialmente se ha afirmado que podría acabar con una sanción al Barça para no fichar durante dos ventanas, pero que en verdad es complicado que termine en nada.
En primer lugar, según la Cadena Cope, porque al ser un conflicto entre equipos españoles, FIFA no tiene mucho que decir. En todo caso debería hacerlo la Federación Española (RFEF). Pero es que, además, la declaración de Amor parece poco sostenible para castigar al Barça, más teniendo en cuenta que la legislación española permite, a través de las cláusulas de rescisión, el fichaje de futbolistas aunque sus clubes de origen se nieguen a venderlos.
Esto deja en papel mojado la aplicación de sanción alguna a este respecto entre equipos españoles. Es decir, que esta actitud del Atlético se trata más de una advertencia al Barça y una postura de cara a la galería.
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