
Diego Pablo Simeone, entrenador del Atlético de Madrid, compareció contenido en sala de prensa. Parecía que no quería hablar de los árbitros. Pero terminó hablando. O mejor dicho, explotando. Como Luis Suárez. El uruguayo fue expulsado. No jugará la final.
El enfado del Cholo rezumó en su última frase en la comparecencia. Sutil, el argentino deslizó que el Barcelona había pasado a la final de la Copa del Rey tras empatar a uno frente a su equipo en la vuelta de la semifinal con una notable ayuda del colegiado, Gil Manzano.
"Hay que felicitar al Barcelona por manejar todo muy bien", dijo como última declaración frente a los periodistas, dejando entrever que entre sus virtudes hay algo más que fútbol. Ese "todo" parecía incluir los estamentos arbitrales.
No se trataba del epílogo de su malestar contra los colegiados. Era, en realidad, el epílogo. Lo mejor estaba por llegar. Ya en las tripas del Camp Nou, en la 'flash interview' de Gol, el Cholo se despachó a gusto.
"Los árbitros se pueden equivocar, igual que los jugadores. Pero a los jugadores se les aparta y a los árbitros no sé si se les puede apartar", comenzó a declarar ante las cámaras. Y después llegó la sentencia definitiva.
Recuestionado sobre la actuación de los árbitros en la noche, Simeone disparó rotundo: "Tengo claro que en Champions tenemos más opciones que en Liga y Copa", añadió. Su frase sonaba parecida a aquella que deslizó en el verano de 2015, cuando dijo que la Liga estaba "peligrosamente preparada" para que la ganara el Real Madrid. El enfado del Cholo era evidente.